Se dice popularmente que los grandes circos ofrecen sus espectáculos en tres pistas, sin embargo, eso no significa, necesariamente, que sean buenos espectáculos…
Desde hace algunos años, las acciones y actividades legislativas en Tamaulipas bien podrían considerarse como actos meramente circenses; y es que nos ha tocado ver desde invasiones al Pleno, clausuras simbólicas, “motines” y campales entre diputados, que para que les cuento.
Tal pareciera que ya hubiésemos visto de todo y que nuestra capacidad de asombro habría quedado rebasada, pero (tristemente), nuestro Poder Legislativo local se esfuerza en mantenerlo interesante y nunca deja de sorprendernos.
Y es que la semana pasada estuvo “potente” en materia legislativa; por una parte, hubo situaciones preocupantes, algunas muy interesantes y otras tanto, francamente, ridículas.
Por una parte, el presidente de la Junta de Gobierno, el diputado Humberto Prieto Herrera promovió una iniciativa que se ventiló como una importante “armonización” en materia de “anticorrupción”, generando gran expectación, cuando la verdad es que únicamente se trataba de un simple cambio de palabras (Contraloría Gubernamental por Secretaría de Anticorrupción y Buen Gobierno).
Y ojo, no estoy diciendo que estén mal estas reformas que buscan generar certeza y seguridad jurídica respecto de las instituciones del Estado, lo feo es que nos lo quieran vender como un “cambio de paradigma en el ámbito jurídico de nuestro Estado” y nos salgan con una barrabasada como esa.
Por si eso fuera poco, en la misma semana, el mismo diputado promueve otra iniciativa, ahora para reformar la Ley Interna del Congreso para dotar a la Diputación Permanente con la atribución de conocer y resolver en definitiva las minutas-proyecto de decreto sobre adiciones y reformas a la Constitución General de la República y, además, buscando reducir el tiempo para convocar a sesiones extraordinarias.
La simple lectura de estos cambios a la normativa interna del Congreso Local nos arroja una lectura muy clara: TIENEN PRISA Y YA NI LO ESCONDEN. Es evidente que estas modificaciones legales tienen por objeto debilitar a un, ya de por si, diezmado sistema de pesos y contrapesos y ya no existe pudor en hacerlo.
Pero como decía mi abuela, Doña Juana García: “de todo hay en la viña del Señor” y no todo es tan malo; esta semana también hubo dos acciones legislativas muy interesantes que destacaron por su planteamiento, la complejidad de su estudio y la trascendencia que traerá para nuestro Estado.
Me refiero a las iniciativas de las diputadas Magaly Deándar y Cynthia Lizabeth Jaime Castillo, quienes proponen la tipificación del delito de abandono injustificado de mujer embarazada y reformas a la Constitución Local en materia del derecho de petición, respectivamente.
La primera de estas propuestas destaca por ser un planteamiento muy atinado; pues, trabajar con temas penales es una casi una ciencia exacta y resulta que el equipo de la diputada Deándar lo hizo adecuadamente. Por lo que hace a la propuesta de la diputada Jaime Castillo, la realidad es que, a pesar de ser una reforma sencilla, tiene implicaciones muy interesantes para el estado de derecho local a corto plazo.
Y finalmente, aquello que rayó en lo ridículo: tenemos a los diputados del bloque cuatroteísta, en una rueda de prensa exponiendo que estarán recabando firmas para que la Suprema Corte de Justicia de la Nación apresure los procesos legales en contra del ex gobernador Cabeza de Vaca.
Actualmente los agricultores tamaulipecos están al borde del colapso por una deficiente política agroalimentaria y ellos más preocupados por reunir firmas que por proponer medidas para atender esta crisis, pero, bueno, quienes somos nosotros para juzgarlos, total, solo somos quienes pagan sus salarios…
En fin, de ese nivel están las cosas en nuestro circo legislativo de tres pistas en Tamaulipas y la pregunta ya no es si habrá show, sino que sorpresas nos esperarán en cada semana…
Por. Josué Sánchez Nieto
