4 diciembre, 2025

4 diciembre, 2025

Más dinero, nuevos retos familiares

FINANZAS FAMILIARES/ANGÉLICA GONZÁLEZ LÓPEZ

Los anuncios sobre el salario mínimo despiertan tanto ilusión como inquietud. Para 2026, es oficial, el ingreso mínimo subirá 13 por ciento a nivel nacional y 5 por ciento en la Zona Libre de la Frontera Norte (ZLFN). Esto significa que, para la mayoría de los trabajadores, el ingreso diario pasará de 278.80 a 315.04 pesos, mientras que en la frontera aumentará de 419.88 a 440.87 pesos.

Antes que nada, cabe señalar que los aumentos del salario mínimo en la frontera norte son menores, ya que objetivo es incentivar la formalidad y mejorar las condiciones laborales en esta región, por lo que no aumentar en la misma medida el salario es con la intención de que no existan demasiada disparidad con el resto del país y se puedan generar posibles efectos inflacionarios.

Ahora bien, a primera vista, esta noticia suena bien: más dinero en el bolsillo. Pero, ¿realmente eso se traduce en más bienestar? ¿o se está frente a una mejora nominal que, si no se administra bien, puede perderse entre los gastos diarios? Como suele suceder en temas económicos y financieros la respuesta está entre matices.

Primeramente, es cierto que dichos aumentos han logrado la recuperación del poder adquisitivo del salario mínimo de las familias mexicana, ya que en términos reales aumentó más de 110 por ciento. Esto significa que muchas personas que antes no podían cubrir la canasta básica alimentaria, ahora si lo logren con su ingreso laboral.

Pero, esta situación no se traduce en la solución de todos los problemas financieros, ya que gozar de un mejor salario ayuda a reducir la pobreza laboral; aunque es de enorme relevancia, la realidad es que también es necesario que los hogares aprendan a usar estos aumentos.

Lo que esto quiere decir es que un ingreso mayor es una excelente oportunidad para mejorar nuestra salud financiera, siempre y cuando no se tenga en mente que este dinero adicional “da permiso” al hogar para gastar más. Lo ideal sería que, si antes apenas alcanzaba y ahora se tiene más, ahora se puede ahorrar para emergencias, salir de deudas, mejorar condiciones educativas o invertir en salud.

Esto se debe a que en muchas ocasiones se está ante el riesgo de “sube el salario, sube el gasto”, ya que es posible que se aumenten los gastos al mismo ritmo o incluso más rápido de lo que crece nuestro ingreso. Y, al final puede llevar a que no se note el aumento en la calidad de vida.

También es importante señalar que no todo es color de rosa, y, tal como se comentaba anteriormente las pequeñas y medianas empresas son quienes podrían sufrir mucho con estos aumentos salariales, puesto que no se acompañan de aumento en la productividad, así que en este escenario es posible enfrentarnos a precarización del empleo, despidos o aumento de precios.

Más allá de las cifras o los cambios que se puedan experimentar, lo importante es que dentro del hogar se lleven a cabo buenas prácticas que ayuden a no comprometer el ingreso adicional antes de recibirlo, actualizar constantemente el presupuesto de casa, y, aprovechar el momento para hacer compras conscientes.

Recuerda que no basta con ganar más, hay que aprender a usar mejor nuestro dinero. Y, la clave está en la inteligencia financiera cotidiana para aprovechar mejor las oportunidades para nosotros y para nuestras familias.

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