Treinta años antes de que fuera políticamente correcto enarbolar la causa de las oportunidades para las mujeres, en AMMJE ya se trabajaba diariamente, con empeño y visión de largo plazo, en lograr una equidad que hoy se ve en los negocios.
Los espacios que han ganado las mujeres empresarias de la zona sur de Tamaulipas no son consecuencia ni obsequio de políticos —o políticas con «A»—, sino resultado de la dedicación y el trabajo de quienes emprendieron, tomaron el control o apoyaron a sus esposos en negocios familiares que después evolucionaron.
Por eso es importante aclarar que las posiciones de liderazgo empresarial que han ganado las mujeres que encabezan emprendimientos en la zona tampoco son concesiones graciosas del poder o de la llegada de alguna de ellas a posiciones en el servicio público. Nada de eso.
No podría entenderse el desarrollo económico de Tampico, Ciudad Madero y Altamira, en los últimos 30 años, sin la participación de las mujeres empresarias, luchando a veces a contracorriente, pero siempre ahí.
Alguna vez llegué a escuchar a un político —sí, del PRI, pero que ahora está en Morena— que las señoras solamente se reunían a tomar café y a hablar de plantas, jardines y compras. Nada más ofensivo y alejado de la realidad que eso, pero era la manera en la que quienes jamás han estado cerca de ellas intentaban explicar una realidad que desconocían.
Con este antecedente, me parece adecuado decir que el sector empresarial de la zona tiene en las mujeres a una parte vital en su desarrollo, más allá de los discursos oficiales que desde el poder se pronuncian o difunden para ser políticamente correctos.
Supe de la existencia de la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresa (AMMJE), hace unos 30 años, cuando el organismo llevaba apenas un lustro y ya figuraba en el entorno empresarial de la zona.
Fundada por la señora Noriney de la Garza de Acevedo, AMMJE Tamaulipas —como se le conocía entonces— ya era un organismo muy activo en cuestiones empresariales y en esto de darle voz a las mujeres que encabezaban negocios de distintos tamaños en el sur de Tamaulipas.
Tuve la oportunidad de trabajar cerca con varias de las presidentas, principalmente para elaborar varios suplementos especiales que se publicaron y distribuyeron en periódicos locales, así como en oficinas de empresas e instituciones públicas.
Era parte de las tareas que tenía la asociación para difundir las labores que realizaba y los logros en favor de las mujeres empresarias. También, para hacer el reconocimiento que se otorga a la más destacada socia durante el año.
Con algunas hablé mucho y con otras, poco. Hay con quienes mantengo una relación de amistad y gratitud personal, pero a todas les tengo una admiración y reconocimiento por lo que han hecho y siguen haciendo.
Durante años, en un sector en el que prevalece mayoritariamente la presencia masculina, había quienes veían a AMMJE como un organismo con más actividad social que empresarial, aunque esa percepción siempre fue equivocada.
Con el paso de los años y un trabajo constante, la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresa, ahora convertida en AMMJE Capítulo Sur de Tamaulipas, creció en membresía, en protagonismo y, por supuesto, en logros que hicieron voltear a ver con mayor interés el trabajo de las empresarias.
La asociación acaba de cumplir 35 años, hace unos días, y celebró su aniversario con un foro empresarial, con un recuento de estas tres décadas y media y, además, con un emotivo reconocimiento a las expresidentas.
El evento ha sido de los más destacados durante el año en el sector empresarial, porque cumplió con lo que tradicionalmente sucede en este tipo de celebraciones: reconocer el trabajo de la fundadora y de las presidentas que, con su esfuerzo, han transformado la imagen de la organización.
Cada una de ellas ha aportado su trabajo y su estilo personal para dirigir a AMMJE y la convirtieron en una organización empresarial muy activa, con una visión moderna que hoy en día es vital en el escenario económico regional.
Desde la señora Noriney de la Garza de Acevedo hasta Lorena Rivera Ortiz, la actual presidenta, pasando por Josefina “Pepis” Arias, Josefina Morteo, Claudette Nemer, Lili Schotte, Lorena Berenice Acuña, Amparo González Berúmen, María Antonieta del Campo de Chow, Yobani Hernández, Patricia del Ángel, Martha Llanes, Isabel Salem, Bertha Laura Salinas, Manola Acosta y Yazmín Santiago, todas son parte de una historia importante en el sector empresarial.
Hoy, AMMJE Sur de Tamaulipas es una organización en donde las últimas presidentas —de Yazmín a Lorena— han aumentado la membresía, incorporando a socias de segunda generación en los negocios familiares o a mujeres que decidieron emprender con pasión, siguiendo ejemplos de las expresidentas o de muchas amigas y conocidas.
El entorno económico actual de la zona ha evolucionado, pues ahora AMMJE es un organismo que cada vez tiene mayor peso en decisiones del Consejo de Instituciones Empresariales del Sur de Tamaulipas (CIEST), por ejemplo. La doctora Bertha Laura Salinas, expresidenta de la Asociación, fue la primera mujer presidenta del CIEST, y Lorena Rivera —actual dirigente de las Mujeres Empresarias— es vicepresidenta del Consejo de Instituciones.
En estos 35 años, las empresarias del sur de Tamaulipas han demostrado que aquí siempre ha sido tiempo de mujeres. No tuvieron que militar en partidos, ocupar cargos públicos o ser incondicionales de candidatos o candidatas para lograr convertir a AMMJE en lo que es hoy.
Aquí siempre ha sido tiempo de mujeres, aunque hace 35 años que empezaron a trabajar de manera organizada en la asociación, las condiciones económicas, políticas y sociales en la zona, en el estado y el país eran diferentes.
Por eso, la celebración por el aniversario de AMMJE Sur de Tamaulipas no puede pasar desapercibida. El reconocimiento a la fundadora y a las expresidentas merece ser mostrado con orgullo, porque si alguien nos ha dado ejemplo de resiliencia, visión y perseverancia para iniciar, sostener y consolidar los negocios, son ellas. Enhorabuena a todas.
ESCOTILLA
El día de la celebración por el aniversario 35 de AMMJE Sur de Tamaulipas, recientemente, me dio mucho gusto ver y saludar a doña María Antonieta del Campo de Chow, a quien respeto, admiro y quiero entrañablemente.
Ella instituyó, por primera vez, la entrega de la presea “Corazón de Oro” a la socia más distinguida por su trabajo dentro y fuera de la organización. También impulsó el desarrollo con foros empresariales a los que asistieron especialistas de renombre nacional e internacional.
A doña María Antonieta y su familia, mis respetos, cariño y gratitud siempre.
Por. Tomás Briones
abarloventotam@gmail.com




