El verdadero motivo de la presión de Trump sobre Venezuela es la apropiación de sus recursos naturales. Recién lo dijo muy claro: “queremos de regreso nuestro petróleo” lo cual significa la intención de robar el energético de cualquier forma y sin importar las consecuencias. Esto incluye, por supuesto, invadir y violentar leyes y soberanía de dicha nación. El gobernante gringo conserva la barbarie de sus antepasados alemanes acostumbrados a arrebatar lo que a su ambición colmaba. Lo más cercano es Hitler, ese miserable genocida que puso a la humanidad al borde de la desaparición. En este sentido el republicano bien podría superar a su paisano desatando la tercera y definitiva guerra nuclear.
Increíble que a estas alturas de la civilización existan monstruos como el tipo en cuestión cuya locura no tiene límites. Agreguemos las debilidades que lo ubican en probable complicidad con degenerados y pederastas de alta gama como Jeffrey Epstein, el multimillonario que acosado por sus culpas se suicidara en prisión. Las pruebas de su amistad con Trump siguen siendo escándalo y razón para que los demócratas exijan juicio y hasta destitución. Difícil de lograr, pero de que está en el ojo del huracán eso-que-ni-que.
Con lo que sucede en Venezuela el resto de las naciones latinoamericanas permanecen alertas. México no es la excepción con todo y la apariencia de buena relación con los gringos. Amenazas van y vienen, en tanto doña Claudia conserva el optimismo republicano que ha valido el reconocimiento internacional por el rechazo histórico a la intervención extranjera. Aun así, el peligro es latente y ni modo que sea invento cuando el mentado Trump (por las incontables mentadas que recibe), insiste en dominar y explotar la riqueza de todo el continente a favor del imperialismo.
De manera que nuestra nación peligra. Un nuevo aviso recién surgió de la Casa Blanca respecto de que el gobierno morenista debe dejar de enviar petróleo a Cuba, así como expulsar “a la brevedad” a los cientos de médicos caribeños contratados para participar en la cruzada nacional. No solo eso, también apuran para que La Jefa deje de apoyar a Nicolás Maduro y a Miguel Díaz-Canel, éste último heredero de Fidel y Raúl Castro Ruz.
Ya sabéis que, durante el régimen de Hugo Chávez, Venezuela expropió empresas petroleras de EU motivando el rompimiento de relaciones, bloqueo parcial y desde luego el patrocinio a diversos grupos opuestos, algunos disfrazados de “demócratas”, como el encabezado por María Corina Machado a quien por mandato capitalista fue “honrada” con el premio Nobel de la Paz otorgando así autorización a un probable golpe de estado, acción promovida abiertamente por EU.
El riesgo de una intervención a México tendría que ver con la nacionalización decretada por mi general Lázaro Cárdenas en 1938. ¿Qué tal y que Trump decide la reinstalación de la industria petrolera, pero con sello imperial?. Sea la privatización por la fuerza en beneficio del capitalismo. Doña Claudia asegura que no sucederá, pero ojo que el PRIAN no solo ya lo advirtió, hasta lo festeja por anticipado suponiendo su regreso al poder olvidando que a pesar de cualquier circunstancia la mayoría mexica conserva el don de mando.
Sea como fuere lo cierto es que ante la inminencia de una confrontación EU-Venezuela el régimen de Morena está ante la disyuntiva de seguir defendiendo la soberanía y libertad de los pueblos o eludir responsabilidad manifestándose sin comprometer la relación entre México y EU… Le digo, mortificaciones no faltan.
SUCEDE QUE
Por razones fáciles de comprender, esta columneja estará ausente algunas fechas lo cual no obsta para desearles lo mejor ahora y siempre. Si la naturaleza lo permite nos encontraremos en los primeros días del 2026… ¡Salud!.
Y hasta la próxima.
POR MAX ÁVILA
