REYNOSA, Tamaulipas.- El asesinato de la niña de 11 años que fue atrapada por alguien, golpeada y degollada en un solar baldío, ubicado en un sector popular denominado «Vamos Tamaulipas», en Reynosa ha impactado de manera muy profunda, especialmente a la zona fronteriza y al estado en general.
Las autoridades han señalado a un vecino como victimario de la pequeña Lizbeth, quien salió de su casa el lunes por la mañana para ir a la escuela y a dos cuadras de llegar a su destino fue ultimada.
La búsqueda del homicida se inició en todo Reynosa, mientras se celebraban ya los funerales de la menor, alumna de la primaria Club Rotario Reynosa 76.
El caso puso al desnudo no solamente las condiciones de abandono social que un gran sector de la población sufre y los peligros que genera, sino también la deshumanización y negligencia de los servicios médicos públicos.
La historia de la pequeña Lizbeth “N” podría ser el destino de cualquier otro niño de esa colonia, debido a la falta de protección de sus padres, obligados a ausentarse del hogar para trabajar desde temprana hora y sobrevivir. Esa pobreza generó la tragedia sobre ella, a manos de quien menos podía esperarse: Un vecino.
De acuerdo con investigaciones realizadas, la colonia donde vivía la menor es considerada asentamiento irregular, se encuentra en la zona sur de Reynosa en una franja de extrema pobreza.
Lizbeth “N” estudiaba en la primaria Club Rotario Reynosa 76. El lunes a muy temprana hora salió de su casa a la escuela.
Sobre cómo la hallaron herida aún la policía no ha dado detalles pero sí confirmaron que esa misma mañana su padre recibió ese amargo telefonazo.
Jorge “N”, de 46 años, se encontraba laborando en la maquiladora y el jefe del departamento de recursos le hizo hablar para que atendiera el llamado telefónico.
La noticia entró como puñalada, su esposa Adela “N”, le daba la mala noticia.
El humilde matrimonio llevó a su hija al hospital General.
El reporte médico era atroz y de un gran hueco en el estómago por el destino de su hija.
Según el dato, la niña presentaba contusión en cráneo, edema cerebral y una herida profunda en el cuello. Los padres aseguraron a las autoridades investigadoras que ante el lento accionar de los médicos decidieron sacarla y llevarla al IMSS número 15 donde la recibieron de inmediato y procedieron a operarla ante la gravedad de la lesión.
Apenas habían pasado 30 minutos cuando la muerte le ganó la batalla. Lizbeth dejó de existir al no soportar la lesión.
Para las 21:00 horas la Policía Estatal Investigadora era informada sobre el lamentable deceso.
Al comenzar a realizar las pesquisas fueron a dar con una familia que resultó ser vecina de la niña, que también se ganan la vida en la maquiladora y quienes también viven en una situación social paupérrima.
La policía buscaba a uno de los hijos del matrimonio.
En investigaciones hechas por esta casa editora se supo que los papás al ver a los agentes aceptaron que el muchacho había sido autor del sangriento crimen.
Por versiones de otro hijo menor supieron que el presunto homicida había llegado a temprana hora a la casa y reflejando una desesperación le confesó a su hermano haber agredido a la pequeña Lizbeth.
Aseguraron que momentos más tarde la Policía de Fuerza Tamaulipas habían acudido al sitio a preguntar por el presunto homicida pero ellos lo negaron y sobre su paradero hasta el momento se desconoce.
Los padres argumentan que un grupo armado llegó momentos después y se lo llevó bajo la fuerza. El comentario es investigado también por la policía para descartar o confirmar su desaparición.
Los agentes al andar revisando el área encontraron a dos domicilios de donde vive la niña, una casa abandonada y en el lugar localizaron lo que podría ser su mochila, ropa y calzado.
Hallaron también manchas de sangre que también fueron recogidas por personal de periciales para cotejarlas con la de la niña.
Compañeritos la dan el último adiós a Lizbeth
Rosalía Quintá Uresti
Con la presencia de sus compañeros de escuela, madres de familia y vecinos, fue velada Lizbeth que fue asesinada el lunes en esta ciudad fronteriza.
Con lágrimas en los ojos, con caras de consternación y sin entender quizá lo que había pasado, llegaron al mediodía del martes, los niños de la escuela primaria Club Rotario 76, con globos y flores a despedir a su compañerita, una niña de 11 años de edad, que murió a consecuencia de salvaje golpiza y la herida en el cuello que le propinó un sujeto, del cual hasta el momento no se sabe nada.
La casa funeraria se vio abarrotada de los vecinos de la familia de la menor, así como maestros y personal del plantel que acompañaron a la familia de la menor.
El director de la Escuela Édgar Peña, exigió mayor seguridad y vigilancia, por parte de las autoridades de todos los niveles, en las instituciones educativas y a los padres de familia les pidió incrementar la vigilancia y precauciones hacia sus menores.
«Exhortamos a los padres de familia para que cuiden a sus hijos y que los lleven y los traigan a la escuela. También hacemos un llamado a las autoridades para que traigan la vigilancia a esta zona, porque esta tragedia nos ha dejado muy tristes».
Autoridades ministeriales se encuentran investigando el caso, para identificar al agresor bajo la averiguación previa 97/2017.
El cuerpo de la menor, luego de ser velado en Reynosa, será trasladado, por decisión de la familia, a la ciudad de Naranjos en el estado de Veracruz, de donde son originarios.