24 abril, 2025

24 abril, 2025

Protestan por parálisis en las importaciones

Un contingente de 200 personas, entre comercializadores de autos, restauranteros, mecánicos y propietarios de vehículos se plantó ante la oficina de la administradora Dolores Velasco Rojas; nadie salió a atenderlos

MATAMOROS, Tamaulipas.- Al grito de «queremos pedimentos, no somos delincuentes, que salga Dolores», comerciantes de autos usados, propietarios de vehículos, pequeños empresarios del ramo restaurantero, mecánicos y vendedores de partes automotrices hicieron ayer una manifestación de protesta frente a las oficinas de la Administradora de la Aduana, porque tienen tres meses sin poder regularizar 9 mil 600 autos, sin que pudieran entrevistarla, porque las puertas fueron custodiadas por cuatro elementos del Ejército con metralleta en mano, mientras que otros 30 efectivos más rodeaban el inmueble a la expectativa.

Ante el silencio como respuesta a sus demandas por parte de la Administradora de la Aduana, los inconformes amagaron con regresar el próximo lunes, hacer otra manifestación, dispuestos a paralizar las importaciones y exportaciones, cansados de que no se les atienda, luego de momentos de tensión, cuando intentaron entrar a las oficinas y se los impidieron cuatro efectivos del Ejército, que portaban sus ametralladoras.

Los manifestantes se congregaron a las 13:00 horas en el estacionamiento de un centro comercial, por la avenida División del Norte y Acción Cívica, a unos 500 metros de la Aduana y 15 minutos más tarde emprendieron una marcha hacia el puente internacional Ignacio Zaragoza, portando pancartas de reclamo y protestas, al grito de «queremos pedimentos» y fuera Dolores del Asco».

La marcha la encabezó una niña con una pequeña pancarta que decía: «Quiero importar mi auto».

Una de las grandes pancartas decía: «SAT queremos que se nos de una solución a la regularización de nuestros vehículos, ya tenemos tres meses con nuestros trámites en curso, queremos circular nuestros autos con nuestros documentos en regla».

En otra pancarta se podía leer: «Dolores del Asco, administradora, desde que llegaste nos estás matando de hambre, ya lárgate de Matamoros déjanos en paz».

Una más rezaba: «Presidente Enrique Peña Nieto, no somos delincuentes, somos comerciantes».

En otra gran pancarta se reprochaba: «El SAT y Videgaray al servicio de la industria automotriz».

 

LES ENTREGAN UNA ‘TARJETITA’

A las 13:15 horas, aproximadamente 200 manifestantes emprendieron la marcha hacia las oficinas de la administradora de la Aduana, Dolores Velasco Rosas, y a las 13:20 bloquearon por dos minutos el carril por el que cruzan los camiones con carga de exportación y turistas, mientras que 6 unidades con agentes del SAT observan a 200 metros, pero sin intervenir.

Los manifestantes siguieron su marcha hacia las oficinas de la Administración de la Aduana, que estaban fuertemente custodiadas por más de 30 elementos del Ejército, portando metralletas, mientras que un oficial llamaba por teléfono, al parecer a sus superiores, para recibir indicaciones de cómo actuar.

El oficial le dijo a uno de sus subalternos cuando empezaron a llegar los manifestantes, nosotros no vamos actuar, solamente vamos a resguardar la seguridad de las instalaciones.

En un patio, atrás de las oficinas de la Administradora de la Aduana, los manifestantes hicieron un alto, portando sus pancartas, en donde Raúl Quintanilla de la Garza, presidente de la Unión de Comerciantes de Autos Usados, pidió a todos tener calma, comportarse con respeto y que buscarían tener una entrevista con la Administradora, Dolores Velasco Rosas.

Fue entonces que Quintanilla fue llamado por el oficial de mando del Ejército, quien aclaró que ellos solamente estaban para resguardar la seguridad de las instalaciones y que no se meterían con su manifestación de protesta. «Si ustedes van hablar con la Administradora, van hablar con la Administradora, en eso no hay ningún inconveniente, mi función está bien establecida: proporcionarles seguridad a las instalaciones y al patio fiscal, es mi función».

Y agregó el Oficial: «Ahorita vamos a hablar con el encargado, con la Administradora, que alguien los salga a atender y les dé respuesta a su petición”.

Raúl Quintanilla agradeció sus atenciones y le dijo «esa es nuestra petición».

Luego de cinco minutos, regresó el oficial de seguridad, quien entregó a Raúl Quintanilla la respuesta: Unas tarjetas blancas con unos teléfonos para que se comuniquen a México y traten sus problemas, porque supuestamente no estaba la administradora.

 

 

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