Afirma que los impactos del cambio climático, como los fenómenos extremos de calor, serían inevitables, pues el sistema atmosférico de la Tierra llegará, a mediados de siglo, a un calentamiento cercano a los 1.5 grados centígrados, por encima de los niveles preindustriales.
De acuerdo con el informe “Bajemos la temperatura: Cómo hacer frente a la nueva realidad climática”, los cambios climáticos drásticos y los fenómenos extremos ya afectan a personas de todo el mundo, dañan los cultivos y las zonas costeras, y ponen en riesgo la seguridad hídrica.
Sin embargo, muchos de los peores impactos climáticos previstos podrían evitarse si el calentamiento se mantiene por debajo de los dos grados.
El estudio del Grupo Banco Mundial presenta un análisis de los posibles impactos del calentamiento actual, de 0.8 grados, y las proyecciones de dos y cuatro grados por encima de los niveles preindustriales.
Asimismo, se basa en un informe realizado por el Banco en 2012, en el que se concluyó que el mundo experimentará un calentamiento de cuatro grados para fines de este siglo, a menos que se adopten medidas concertadas inmediatamente.
El informe, preparado para el Grupo Banco Mundial por el Potsdam Institute for Climate Impact Research y Climate Analytics, revela cómo el aumento de las temperaturas en todo el mundo amenaza cada vez más la salud y los medios de subsistencia de la mayoría de las poblaciones vulnerables.
Los modelos climáticos más modernos muestran que los fenómenos extremos de calor “sumamente inusuales”, similares a las olas de calor registradas en Estados Unidos en 2012, y en Rusia y Asia central en 2010 aumentan rápidamente en un contexto de emisiones asociado a un mundo cuatro grados más cálido.
Asimismo, revelan que con un calentamiento por encima de los 1.5 a 2 grados, el riesgo de que baje el rendimiento de las cosechas y aumenten las pérdidas de producción en las regiones analizadas se incrementa considerablemente.
Se señala que la disminución de la productividad también generará impactos fuera de las principales regiones productoras, con fuertes repercusiones en la seguridad alimentaria, y puede afectar negativamente el crecimiento y el desarrollo económicos, y la estabilidad y el bienestar sociales.