Pase lo que pase en los siguiente meses con respecto a los resultados que arrojen del caso de los jóvenes de Ayotzinapa, complazca o no la actuación de los tres órdenes de gobierno envueltos en esta compleja problemática, hay un hecho que poco se ha destacado de todo esto y en mi humilde opinión estimado lector, este hecho es de suma trascendencia que no podrá ser detenido, ni controlado y mucho menos extinto. Un hecho que marcará una fuerte incidencia en la sociedad misma, en la actuación del gobierno, incluso en la operación política para la promoción proselitista y hasta trastocará obligatoriamente a los periodistas que todavía no se han actualizado en las diferentes plataformas narrativas que ofrecen las nuevas Tecnologías de la Información (TI).
Usted recordará que el domingo, 9 de noviembre, a las cinco de la madrugada, publicaron en el sitio de internet www.aristeguinoticias.com el reportaje titulado “La casa blanca de Enrique Peña Nieto (investigación especial)”. Aun cuando el reportaje desde temprano se empezó a viralizar muy rápidamente en diferentes redes sociales, ningún medio impreso o televisivo lo retomó en México y ni un solo columnista hizo alguna pequeña referencia. Para el lunes siguiente, seguía viralizándose con mayor fuerza pero también seguía sin treparse a ningún noticiero de radio, televisión o periódico, claro con la salvedad del programa de la misma Carmen Aristegui que se transmite por MVS.
Todo lo anterior, usted ya lo sabe. Conoce la pieza en referencia, que tiene un alto nivel periodístico y que solo al paso de los días se redimensionó la fuerza del impacto al provocar que la Presidencia de la República saliera a dar declaraciones del reportaje, después el Presidente de México Enrique Peña Nieto tendría que tocar públicamente el tema, y luego Angélica Rivera de Peña se vio obligada a fijar su postura; por consiguiente el alud fue imposible de
contenerse en los medios de comunicación del país y del mundo. La publicación periodística realizada originalmente en exclusiva para internet -que conste, inició todo en la red de redes- puso en evidencia la fuerza real que tiene el canal virtual que tanto han denostado la clase política. ¿Ya se dieron cuenta los políticos anquilosados y renuentes hacia las nuevas TI?
Por otra parte, no creo que las declaraciones realizadas por Eugenio Derbez y Carlos Loret de Mola durante el Teletón fueran para deslindar a Televisa de su relación con su otrora trabajadora Angélica Rivera y ni para salvar de una merma donataria al maratón recaudatorio para la discapacidad infantil mexicana. Es más, ni creo creo por un solo instante que fuera una acción fríamente calculada por la empresa televisiva -todavía- casi oligarca. Creo que fue parte de un temerario experimento para medir cómo reaccionaba la audiencia tradicional que es su mayor grupo de televidentes y observar el comportamiento que tomaba la audiencia virtual que tanto trabajo e inversión les está costando conquistar. Así como Televisa, todos los medios que ya identificaron que en las nuevas TI está el mercado potencial que provocará una irreversible transición en la siguiente década, están sigilosamente dando pasos para estar inmersos ahí.
¿Ya se dieron cuenta los ciudadanos que su expresión en internet tiene otra dimensión social? Eso es lo que puso en evidencia Carmen Aristegui, la periodista odiada y funestada, otra vez dio cátedra de periodismo demostrando que cuando se hace un excelente trabajo periodístico ya no se necesitan los medios de comunicación tradicionales para trastocar a la opinión pública y ésta reaccionar inmediatamente con la misma o más sensibilidad como sí lo hubiera visto en el noticiero de mayor rating de televisión del mal llamado “teacher”. Igual que los ciudadanos están vertiendo su expresión, llevándolas a estadios nunca antes vistos, pocos se están deteniendo a valorar que en México existe una incipiente libertad de expresión; estos son los tiempos en los que se acabó el presidencialismo hegemónico y las verdades de un solo interlocutor.
Ahora solo resta que la clase política mexicana -y en nuestro caso, la tamaulipeca- se prepare ante el nuevo orden social virtual, así como los medios de comunicación tradicional y los periodistas también tradicionales, ya están obligados en abordar las nuevas TI respetando sus diferentes narrativas comunicacionales, pero también a la sociedad le toca pasar de la expresión virtual a la acción -electoral, en este caso- para terminar de cerrar el círculo de los cambios que están provocando en el mundo real. ¿Usted qué opina?
www.daviddorantes.mx