Anoche, luego del anuncio realizado por el equipo azulnaranja acerca de la contratación del tamaulipeco Julio Enrique Gómez González, de inmediato tomé el teléfono y me aventé una amena plática con mi amigo el profesor Miguel Mendoza San Luis, ahora jefe de deportes de Ciudad Madero, entrenador de las escuelas de Correcaminos y casi casi un segundo padre para el jugador que conoció la fama a nivel mundial en 2011 bajo el apodo de “La Momia”.
Entre otras cosas charlábamos acerca del proceso formativo que tuvo Julio en las escuelas de Correcaminos y cómo por azares del destino terminó siendo jugador del Pachuca, estrella en el campeonato del mundo juvenil para nuestro país hace tres años, después pretendido y conquistado por uno de los equipos más grandes de nuestro país como es el Guadalajara y ahora es precisamente Correcaminos quien le contrata como una figura del fútbol nacional.
Imagínese: a Correcaminos le costó formarlo como futbolista cuando niño y adolescente, después le costó más de dos años convencerlo de venir a jugar acá y hoy le cuesta una cantidad que no creo para nada que sea módica darse el gusto de tener a un tamaulipeco que triunfó y que ahora tiene en sus hombros la presión de ser el que todo mundo quiere que sea, un fenómeno futbolístico que aún sigue sin demostrar todo lo que tiene.
Julio viene de ser campeón con Chivas y no en el Xbox, sino con la filial Sub 20 donde fue pieza clave y hace unos días se sometió a una operación que según nos enteramos fue en la ingle pues al parecer tenía una especie de quistes que se le retiraron en una intervención que rondó los 40 minutos en el quirófano.
Julio es la joya de la corona, al menos en apariencia de este mini draft que no sé por qué pero presiento que resultará más productivo que los que con bombo y platillo y bastante despilfarro acude Correcaminos a Cancún en el verano.
Pero no podemos quitarle el ojo a la llegada de Tata, delantero con cualidades diferentes a los elementos de su posición que recientemente hemos visto pasar por las filas de la UAT y habrá qué ver cómo llega y cuáles son las condiciones del colombiano David Cortés.
No se nos olvide que ellos junto a Bocanegra, Orozco, Duarte y García, son los elementos que deberán marcar la pauta junto al resto del equipo para que el 20 aniversario de haber descendido no sea una fecha que ridiculice a la institución, sino convertirla en una revancha que los catapulte de regreso al máximo circuito en una misión que se antoja bastante complicada.
Imagínese, Daniel Duarte estuvo aquí hace casi ocho años y el objetivo sigue siendo el mismo, ya cambiaron de presidente, de entrenador, de colores de uniforme, remodelaron el estadio, otra vez necesita una manita de gato y seguimos en las mismas. ¿Qué gacho no?.
@luisdariovera