16 abril, 2025

16 abril, 2025

Santa contra Santa

Diciembre, con sus peticiones de regalos a Santa Clos, también tiene en el sur de Texas a otra amiga. Y sus favores también son muy solicitados.

ALTON, Texas.- En esta temporada navideña, como reflejo de lo que sucede en la frontera tamaulipeca, una “batalla” vuelve a presentarse en el sur de este Estado:

Santa contra Santa.

Por un lado, la tradición de pedirle regalos a Santa Clos y por otro, la creciente feligresía en esta región de Texas a la Santa Muerte, que en estos días aumenta aún más, para solicitarle favores, para el año que viene.

Los seguidores de la segunda aseguran que los protege de las autoridades y permite vengarse de los enemigos, a los más pobres les da salud, prosperidad y los aísla de la violencia mientras que a los corazones rotos les regresa la miel del amor; la Santa Muerte tiene para todos y sus favores cada vez son más solicitados al norte de la margen tamaulipeca en donde los templos para adorarla se erigen por el gran ejército de fieles que tiene, casi todos importados de México.

La veneración a la Santa Muerte ha crecido tanto en el sur de Texas que algunas ciudades ya han recibido hasta permisos para hacer procesiones en sus calles. Se festeja y a lo grande; de una parte de eso se encarga María Isabel Gutiérrez, una mujer que asegura curar con las manos y que se ha ganado el mote de “Manos Mágicas”.

María Isabel es dueña de una yerbería que por fuera es como cualquier negocio, pero por dentro las imágenes de la Santa Muerte, en todos los tamaños y colores -en blanco, rojo y negro para pedirle por progreso, amor y protección, respectivamente- acaparan la mirada y la quema de incienso de copal, el olfato. Dentro es como si existiera una puerta a un mundo místico, desconocido, misterioso.

Una muestra es el fervor que vive en la etapa navideña, similar a la que en su honor se hace evidente en todos los noviembres. En esta población se inicia al atardecer y al frente de la yerbería, a donde la colosal y descarnada figura de “La Santita” -como también le llaman- es sacada para recibir las decenas de ramos de flores que sus agradecidos fieles le llevaron, al igual que veladoras, comida, vino y hasta cigarros.

A una mujer le ganó el llanto cuando la reportera la preguntó porque le lleva flores a la Santa Muerte. “le traje sus flores porque ella nos cumple lo que le pedimos, por eso le traemos su regalito” contestó con la voz quebrada Sanjuanita Chavez.

De La Santísima hay varias versiones; la que sacan para que reciba el amor de los fieles es la reversible. La dueña explica que quien posee esta figura no podrá recibir daño alguno. “Si alguien le quiere hacer un mal se le regresa de inmediato”.

La visten con mantos rojos y morados.

Para adorar a la Santísima Muerte no hay edades, lo mismo la idolatra un niño que le enciende veladoras, le toma fotografías con su teléfono celular o le deja un par de dólares, que una pareja de edad mediana o los mismos ancianos que han pasado parte de su vida amándola.

En Navidad no sucede así, pero en noviembre le llevan mariachis cuando según sus fieles, cumple años. Unas estrofas dan cuenta del sentimiento:

“Muchos tienen un corrido

El malo el bueno y el fuerte

Hay de narcos y de damas

Y de ilegales sin suerte

Hoy le canto a la patrona

A la Santísima Muerte”

A esos mariachis ya no les sorprende que les pidan canciones dedicadas a ella, en las fiestas que amenizan en el Valle de Texas. “En los últimos años nos han contratado bastantito especialmente en días de muertos y de Navidad”, dice David Villarreal, una de las voces del Mariachi.

“Yo creo en ella y le pido favores”. -¿Y se los cumple?- pregunta la reportera.- “Me da todo lo que le pido, le pido trabajo y salud que es lo más importante“, confiesa Benny Villarreal, otro de sus seguidores.

En sus festejos los comensales degustan mole, arroz, pan y refresco de cola. A la Santísima le sirven su buen plato de mole y además de refresco le ofrecen whisky. “Prefiere el aguardiente que no está tan procesado, pero este también le gusta”, explica María Isabel.

La botella que se utiliza en los festejos siempre se acaba. “Cuando la ponemos a trabajar toma”, explica María Isabel y voltea a ver cómo un cigarro en la descarnada mano derecha de la Santísima se consume lentamente.

Después de las comidas o cenas en su honor, varias campanadas acompañadas del humo del incienso anuncian el inicio de la consagración de imágenes de la Santa Muerte, en la que los fieles apresurados abrazan sus estatuillas de todos tamaños, se desabrochan sus collares o sacan de sus bolsillos sus llaveros con la venerada imagen.

El olor a copal se mezcla con algunas lágrimas y el aceite “de la Santísima”; la anfitriona, en este caso María Isabel, se prepara para dibujarles en la frente una cruz, la cual es considerada como una bendición muy apreciada por los asistentes.

“Si es verdad”, dice María Isabel que muchos que andan en malos pasos, se acercan a la Santa Muerte para que les proteja, pero cuidado, advierte porque si se le pide (a la Santa Muerte) y se le promete y no se le cumple, entonces habrá problemas. ”A veces le piden mucho y no cumplen, les empieza a ir bien y se olvidan de ella, entonces les empieza a ir mal. Si vas a creer cree, pero al 100 por ciento”, recomienda.

Entre los mexicanos, primero fue Mictecacihuatl, la Diosa de la Muerte; después de la conquista cambió con el idioma y desde entonces es la Santa Muerte que lentamente fue ganando terreno y a pesar de las protestas de la Iglesia Católica se apoderó de los fieles que no tienen empacho en dejar impreso su testimonio:

Una oración no deja lugar a dudas:

“En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, MI SANTA MUERTE, gracias por todo lo que me has dado por cada momento de felicidad gracias en verdad con todo el corazón te entrego mi alma, mi vida y mi voluntad te pertenece, yo confío en ti, MI SANTA MUERTE Y te agradezco cada logro que he podido realizar… pon el cetro protector y lo necesario para salir adelante para cada problema que se presente… TE AMO TE ADORO MI SANTA MUERTE (sic).

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