Entonces Poderoso Impune dijo:
— Ya se nos acabó el 2014. ¡No importa!
Nos darán gratis el 2015, y le sacaremos jugo a todo lo que dé. Usaremos de todas nuestras artes y pondremos en ello la mejor voluntad. Del agua sacaremos piedras…
— Pero, Señor Senador, de las piedras es de donde hay que sacar agua.
— ¿Por qué? ¿Para qué? Eso traería inmediato problemas de humedad en todo tipo de construcción que emprendamos —y yo quiero construir, construir: la mejor inversión para mis nietos es dejarles edificios, casas, de ser posible fraccionamientos…— Lo que queremos es obtener piedras del agua, lo sólido de lo líquido y fugaz.
— Sabio es usted, Señor Gobernador. Aunque, si usted la vuelve piedras, habrá sequía y luego eso que llaman hambruna… El agua es recurso colectivo…
— ¿Colectivo? ¡Colectivos mis huevos! Del Cielo ordeñaremos Noche (de paso nos ahorramos el bloqueador solar). De la noche obtendremos el insomnio, para ganar tiempo y más ansias. Del día sacaremos la siesta, el banquete, la pachanga, ¡al cuerno con las horas laborales!, ¡que viva la distracción! De las preocupaciones de los gobernados haremos fiesta. ¡Qué chulo huapango es la vidorria!
— Señor Senador…
— Y ya no me llames Senador ni me digas Gober y menos vayas a decirme Diputado que eso de veras suena muy mal, van a decir que se me cae la manita o que soy un gigoló, y eso sí que no. Dime Honorable Ciudadano al Servicio del Pueblo.
— Está bien, Señor Honorable, usted dice…
— Al Servicio del Pueblo, te dije que dijeras.
— Al del Pueblo…
— ¡Así está mejor! Porque yo no soy sino un simple usuario de jabón. Todas las mañanas me lavo mi carita con agua y con jabón, como en aquella melodía de nuestra infancia, que es decir lo más hondo y arraigado de nuestras tradiciones, nuestra identidad nacional, ¡nuestro orgullo mexicano! No es pertinente lavar lo que no sea el propio rostro. ¡He ahí el secreto de un pueblo limpio! ¡Me lavo la carita con agua y con jabón! Empiecen ya la campaña por radio, con ese slogan, ¡es bueno!, ¡es bueno!
— Pero señor Ministro, ¿no le parece que es mejor “La corrupción es un problema a atacar durante el 2015”? Ya habíamos acordado…
— ¿Acordado? ¿Pues cuándo? ¿Corrupción? ¿Para qué? Lo que no fue en tu año no es en tu daño. Ese mal viene de atrás. ¿Qué más podemos hacer, sino recuperar lo que anda suelto? Es por el bien de todos. Que alguien sepa dónde está lo perdido. Mejor que esté en el bolsillo propio que flotando en la espesura del mal manejo. Yo sé dónde está lo que no aparece.
— Distinguido Representante del Pueblo, ¿me regala su firma para este oficio?
— Si no tiene beneficio ajeno, ¡sea!
— ¿Y qué les contestamos a los manifestantes?
— Que ya no den lata, o que ya verán, que ya verán… ¿No hay otra de Cri-Crí también que va así? “¿O ya verás?” No les digan nada, nomás llévenles una cantante que se las gorgotée, a ver si entienden la indirecta por la vía emocional. Una cantante de las que hacen llorar a las señoras. Así comprenderán con melodías que el destino del pueblo es sobarse el lomo, para después, como los más afortunados, lavarse la carita con agua y con jabón, y si no se portan bien ¡pues ya verán!
— ¿Y con qué agua, maestro, si usted la volverá piedras?
— ¿Agua, para qué?
— Para lo de lavarse la carita…
— Usted es la personificación del complot. Sáquese de aquí, ¡quiero todo, todo el poder! ¿No hay también una canción que dice “todo el poder”? Esa tóquenla para mí aquí adentro de Palacio. ¡Que venga la banda famosa y me la dedique! ¡Traigan rorras para el bailongo! Y usted, ¡fuera de aquí!
— Señor, una cosa más: que dicen los manifestantes que no retirarán el plantón.
— ¿A poco? ¿De veras no? ¿Ni con el “o ya verán”? ¡Ni modo! Por mí que ahí se queden. Mándeles a nuestros ambulantes a que les vendan lo que les haga falta. Si hay quién les rente habitaciones para que algunos duerman, que sea a tarifas dobles porque es día de fiesta —triple cuota para nosotros—. Ofrézcanles autobuses, de los nuestros, a costo doble. ¡Ya verán!, ¡ya verán!