BERLÍN.- La víctima que se cree provocó el actual brote de ébola, un niño de dos años llamado Emile Ouamouno, de Guinea, pudo haberse infectado al jugar en el hueco de un árbol donde habitaba una colonia de murciélagos, estiman científicos.
Una investigación del Instituto epidemiológico alemán Robert Koch (RKI) publicada este martes en la revista EMBO Molecular Medicine sugiere que la actual epidemia en el occidente de África habría sido transmitida por una especie de murciélago llamada “Mops condylurus”.
Los científicos llegaron a esa conclusión en una expedición que realizaron a la aldea de Meliandou, en el sur de Guinea, donde residía el considerado “paciente cero”, quien falleció el 28 de diciembre de 2013, dos días después de caer enfermo.
El equipo de epidemiólogos tomó muestras y recogió testimonios de residentes para obtener más información sobre la fuente del actual brote del virus, que ya se cobró la vida de siete mil 842 personas, de las poco más de 20 mil que han sido infectadas desde entonces.
Meliandou es un pequeño pueblo de 31 casas, que se encuentra en lo profundo de la selva guineana, rodeado de árboles de gran tamaño que al parecer atrajeron a los murciélagos que habrían transmitido el virus al pequeño Emile.
Los investigadores, dirigidos por el doctor Fabian Leendertz, se centraron en el tronco de un enorme árbol situado a unos 50 metros de la casa de la familia de Ouamouno, donde según los pobladores los niños solían jugar con frecuencia.
Los residentes refirieron que el árbol fue quemado el 24 de marzo de este año y que cuando estaba en llamas, de él salió “una lluvia de murciélagos”.
Un gran número de éstos fueron capturados por los habitantes para consumirlos, pero se deshicieron de ellos al día siguiente después de que el gobierno prohibió el consumo de carne de animales silvestres, porque se consideraba una posible fuente de ébola.
Los científicos tomaron y analizaron muestras de la ceniza del árbol y de los rastros de ADN de los murciélagos, y encontraron que se trata de la especie llamada “Mops condylurus”, que no producen el virus del Ébola pero si lo pueden transportar.
El equipo del RKI concluyó que Emile adquirió el virus por su exposición a los murciélagos y sus excrementos mientras jugaba en el tronco del árbol.
El doctor Leendertz afirmó sin embargo que es necesario estudiar con mayor profundidad las especies de murciélagos, ya que se han trasladado a los asentamientos humanos, “no sólo viven en los árboles, sino también debajo de los techos de las casas”, apuntó.
“El virus debe saltar a través de las colonias de murciélago a murciélago, por lo que necesitamos saber más”, precisó.