MATAMOROS, Tamaulipas.- Una señora murió de un paro cardiaco en plena misa de las 7:00 de la mañana en la iglesia de San Antonio de Padua, de la colonia Treviño Zapata, y el padre no detuvo la ceremonia pensando que era una obra de Dios.
La persona fallecida dentro de la citada iglesia católica de la calle Marte R. Gómez respondía en vida al nombre de Gonzala Oliva Gaytán, quien tenía 82 años y su domicilio en Callejón 3, número 70, de la colonia señalada.
La mujer tras quedar sin vida entre las bancas del recinto arribó el agente quinto del Ministerio Público, licenciado Jesús Treviño Vega, para dar fe.
El cuerpo de la octogenaria fue identificado oficialmente por su hijo Jesús Sotero Rodríguez Oliva, de 60 años, de oficio músico.
Manifestó ante el Representante Social que como a las 7:00 de la mañana llevó a su progenitora a la iglesia como de costumbre.
Como pasó una hora y vio que la señora no llegaba a casa fue a buscarla.
Dice que tan pronto como entró a la parroquia le dieron la mala noticia, que su madre había fallecido.
Señaló que su señora madre padecía del corazón y tenía alta presión, enfermedades que la llevaron a la tumba cuando estaba escuchando la palabra de Dios.
La muerte sorprendió a la octogenaria cuando todos estaban rezando.
De pronto la mujer cae al suelo tras recibir el paro cardiaco y el padrecito siguió con la misa, pero nunca se imaginó que la señora había muerto hasta que se acabó el sermón.
Se dijo que, tanto el padre como los feligreses que acudieron a la misma, cuando vieron que la mujer caía al suelo no le dieron mucha importancia porque tal vez se imaginaron que un milagro de Dios la había tumbado.