El crecimiento del empleo formal hasta lograr máximos históricos y la reducción sin precedentes del desempleo en Tamaulipas fue posible porque el Gobierno inyectó recursos públicos a la inversión en infraestructura.
Sin embargo, la ecuación debe estar completa y eso implica que el efecto multiplicador del dinero público en la economía regional pueda conjugarse con una mayor oferta de fondos públicos para que las empresas estén mejor preparadas para aprovechar la dinámica de crecimiento que ya experimenta la economía estatal.
El año pasado nacieron más de 8 mil empresas en Tamaulipas, que iniciaron operaciones porque sus dueños perciben un mejor panorama para el desarrollo de negocios.
Por eso es relevante el anuncio hecho por el gobernador Egidio Torre Cantú de inyectar por la vía del gasto en infraestructura una millonaria inversión a proyectos estratégicos para Ciudad Victoria que habrá acumulado más de 4 mil 409 millones de pesos en lo que va de la presente Administración Estatal.
Como hemos comentado, el paradigma neoliberal que exigía una menor participación del Estado en la actividad económica está prácticamente hecho a un lado para asegurar el regreso de la otra cara de la moneda, la llamada teoría Keynesiana (llamada así por su autor John Maynard Keynes) que sugiere un mayor gasto público para reactivar la economía dadas las circunstancias en las que las empresas no tienen suficientes incentivos para invertir y aportar al crecimiento económico especialmente en el empleo.
Insisto, el crecimiento que hemos visto del empleo y de la inversión pública ha sido a costa del gasto gubernamental que proviene de las mismas fuentes de ingresos de siempre y que se prevé no será sostenibles en este año haciéndolo más vulnerable que nunca.
La historia reciente podría repetirse. El limitado crecimiento de la economía de México que arrastró a Tamaulipas en 2013 y 2014, fue consecuencia entre otros factores, de una debilidad en el mercado interno y una limitada expansión del gasto público así como un entorno internacional adverso que perjudicó las actividades de la industria de las manufacturas, una de las principales sectores de la actividad económica estatal.
En 2015, los inminentes recortes podrían causar la misma desgracia y en un mes más, el sector privado exigirá a los tres niveles de gobierno acelerar el ejercicio del gasto publico y evitar un mayor deterioro de la actividad económica en el Estado que limite aún más las expectativas de crecimiento para el presente año.
Hasta ahora, las empresas no han invertido mucho en expandir su capacidad porque no ha habido suficiente nivel en las ventas, las cuales han estado estancadas precisamente porque el empleo tardó 4 años en siquiera recuperar sus niveles previos a la crisis de 2009 y las familias por su parte dedicaron sus ingresos a pagar las deudas que dejó el espejismo provocado por inversiones públicas que se hicieron con dinero prestado.
El principal riesgo es que ahora que la economía estatal se está recuperando su ritmo de expansión del cual depende el empleo y los ingresos de las familias, se estará topando con una limitada capacidad y estrangulamientos productivos que ahora serán mucho más graves antes de la crisis de 2009.
De ahí la importancia de que los fondos públicos de fomento a las Pymes agilicen su operación.
La Red de Apoyo al Emprendedor ya empieza a operar como una estrategia de articulación y vinculación de las políticas y programas de apoyo para Emprendedores y para las pequeñas y medianas empresas de las diferentes instancias de gobierno y del sector privado.
Ahora lo imperante es acelerar la operación de mecanismos de coordinación al interior de las dependencias del gobierno Federal que trabajan de la mano con el Estatal en este rubro, para poder ofrecer en una sola ventanilla los servicios, programas y productos a los emprendedores y empresas.
Ojalá y este año, nazcan más empresas y más emprendedores nos muestren su talento, así la economía empezará a recuperarse de manera sostenida.
(www.adanmoctezuma.mx)




