1.- Es una pena que el Papa Francisco haya decidido no venir a México, al menos en el presente año. Tal vez sea por razones políticas, quizá por el clima de inseguridad o de plano el hombre no quiere nada con los católicos que por estos andurriales se han declarado totalmente guadalupanos y juan-dieguinos. La noticia pega en el centro del sistema o del régimen tricolor que para el caso es lo mismo. No olvidéis que fueron varias las invitaciones que le hiciera el presidente Peña Nieto y sin embargo el líder de casi mil millones de almas rodantes dijo: “¡no!”.
Como sabéis durante septiembre próximo el hermano mayor del catolicismo visitará Estados Unidos, Bolivia, Ecuador y Paraguay y ya tiene programada para el 016 una gira que incluirá a otros países, entre ellos su natal Argentina, pero de México nada, nadita de nada. ¿Qué pecados habremos cometido?. Será cosa de hacer un examen de conciencia. ¿Acaso es un castigo por hechos que han colocado a la nación en la boca del mundo-mundial?. En este sentido seguro que hasta El Vaticano está enterado de la ineficacia de las autoridades para resolver casos como la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa o el desatino para terminar con el hambre y la pobreza de sesenta millones de buenos creyentes. ¿Y qué tal “el balconeo” de residencias de funcionarios, al parecer, logradas a través del ejercicio dudoso del poder?. Ahora mismo la opinión pública es sacudida por la noticia de otra propiedad ubicada en el balneario termal de Ixtapan de la Sal. Otro caso con presunción de multimillonario negocio con olor azufroso, como las aguas del lugar, pues.
De manera que el sistema se pierde una buena oportunidad de elevar su grado de aceptación social. Y es que la presencia de un Papa supone tolerancia y resignación con el deseo de que las cosas vayan mejor, así sea una mera ilusión matizada por las bendiciones mejor cotizadas. Sucedió en los regímenes de López Portillo, Salinas de Gortari, Zedillo y Fox (con Juan Pablo 11), y en los tiempos de Calderón con Benedicto XVI. Ahora no será posible, al menos en esta primera parte del mandato de Peña Nieto, justo cuando México está más urgido de la esperanza.
2.-Ahora que de nuevo se pone de moda “el chapulineo”, el CDE del PRI está en aptitud plena de agregarse a la larga lista nacional que avergüenza la política. Con sus variantes, claro. Pasa con l@s candidat@s a las respectivas diputaciones federales en los distritos de Reynosa, Matamoros, Río Bravo, Victoria, Mante, Tampico y Madero. Cierto que en la mayoría de los casos l@s aspirantes no provienen de cargos de elección popular, sino administrativos, pero eso no obsta para que conste que la ambición no conoce límites y que la lealtad tiene un precio que no cualquiera está dispuesto a pagar.
SUCEDE QUE
Como bien sabéis Tamaulipas es asunto del sistema. Algo muy diferente a lo sucedido durante “la docena trágica” del panismo. Ahora todo está centralizado. Por ello existe la impresión de que el rescate de la entidad costará no sólo esfuerzo político sino económico. Y habrá que empezar por las próximas elecciones. El asunto es que habrá que invertirle por la fuerza de las circunstancias. Si Rafael González Benavides no cuenta con recursos suficientes, difícilmente saldrá adelante. (Hay que recordar la frase de Hank González, “político pobre, ¡pobre político!”). Si a ello agregamos el gris de su gestión, “tantito pior”, como dijo aquel. Habrá que entender entonces que siempre será poco lo que se gaste en política sencillamente porque el poder no tiene precio, digo yo…Por cierto, ojo, no hay que irse con la finta de la presunta división panista ni local ni nacional. Para efectos electorales en Tamaulipas estas “confrontaciones” no cuentan, cuando está científicamente comprobado que el voto no es precisamente a favor del PAN sino contra el PRI. La experiencia de hace casi tres años lo demuestra. Por ejemplo, ¿de dónde salieron los 50 mil votos para una candidata absolutamente desconocida en Victoria?. Y eso que su contrincante tricolor, Enrique Cárdenas del Avellano tenía varios triunfos de mayoría. Esta situación se puede repetir, aunque desde ahora el ocio cafetero apuesta a que el PRI sufrirá las consecuencias del abandono por tantos años. Victoria es uno de los distritos donde ya se prendieron focos rojos. El enojo popular, dicen, está principalmente en las colonias aunque en el resto de la población también hay las razones que todos conocemos. A propo, ¿qué pasó con el arbitrario cobro del mentado “manifiesto”?. Hay protestas, pero como que a nadie le importa. Aquí sí que “copelas o cuello”…De manera que en el PRI inició la fiesta sin embargo puede suceder como con los equipos de fútbol cuya celebración del triunfo termina más bien en tragedia o velatorio que no es lo mismo pero es igual. (Inolvidable “la arrastrada” del anterior proceso federal)…Y tal vez peor que “el chapulineo” es el fenómeno de “el juniorismo” en cualquier partido. A lo largo y ancho del estado encontramos apelativos conocidos de hombres y hembras harto conocidos en la feria de la nómina o de “el hueso”: Cantú-Rosas, Gómez, Villarreal, Cárdenas, Salazar, Rodríguez, Torres, Salinas, etc, etc.
Como que “el juniorismo” es parte de la costumbre del poder. Y ni modo que sea invento.
Y hasta la próxima.
