CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- En menos de 72 horas ya son dos las víctimas mortales por atropellamiento que se registran en esta capital, esta vez fue un sexagenario quien al cruzar la calle fue embestido por un vehículo que circulaba a exceso de velocidad, el cual era manejado por un jovencito que andaba en estado de ebriedad.
Estos lamentables hechos sucedieron el día de ayer alrededor de las 17:00 horas en el siete bulevar Praxedis Balboa, cruce donde perdió la vida Cornelio Arévalo Martínez, quien contaba con 60 años de edad y era residente del Poblado San Andrés, del Municipio de Güémez; Tamaulipas.
Pese a la pronta llegada por parte de los paramédicos de la Cruz Roja, ya nada pudieron hacer pues Cornelio ya no contaba con signos vitales, víctima de un traumatismo de cráneo y las múltiples hemorragias internas que sufrió.
Las primeras investigaciones hechas por el perito de Tránsito, Sergio Garay Guerrero, establecieron que el responsable de la muerte es Benito de Jesús Zúñiga Montelongo, de 18 años de edad y con domicilio en la calle Soto La Marina del fraccionamiento Lomas de Guadalupe.
En primera instancia, este jovencito se dio a la fuga a toda velocidad luego del accidente, pero gracias a que los testigos dieron una detallada descripción del vehículo, los elementos de la policía estatal acreditable lograron ubicarlo en las afueras de su casa.
De inmediato fue puesto bajo arresto y trasladado a las celdas de la delegación del 2 Zaragoza donde se le practicó un examen de alcoholemia, al cual, dio positivo. En el lugar, una jovencita de nombre Aimé Maricruz Rodríguez Guerrero, habitante del infonavit Jardín, explicó a las autoridades su amarga experiencia, ya que presenció el momento justo cuando el sexagenario fue arrollado, pues se encontraba en la acera de enfrente acompañada de su hermana, quien sufrió una crisis nerviosa y por la cual tuvo que recibir los primeros auxilios.
Detalló que el ahora occiso cruzaba el bulevar en dirección de sur a norte cuando de pronto, fue atropellado por un automóvil Volkswagen, Beattle, que iba en dirección al oriente y a exceso de velocidad. Agregó que al ser impactado, Cornelio “voló” a una altura de 2 metros hasta golpear su cabeza contra una de las ventanas laterales de un micro que se encontraba bajando pasaje.
Se trata de un microbús marca Ford, modelo 2011, de la Ruta 20, el cual era tripulado por Luis Antonio Reyes Mata de 23 años; quien vive en la colonia Nuevas Playas.
El chofer explicó que estaba detenido sobre el acote cuando de repente, escuchó un fuerte golpe y casi de inmediato oyó que la ventana de la unidad se hizo añicos.
Otra de las personas que fueron testigos de esta tragedia fue la estudiante de la Universidad Valle de México y también paramédico de la Cruz Roja, Jénnifer López, quien de inmediato corrió para auxiliar al lesionado, lamentablemente a los pocos segundos, Arévalo Martínez dejó de respirar.
Por su parte, unos elementos de la policía estatal motorizada que patrullaban en las cercanías, llegaron al lugar y tras obtener las características del vehículo avisaron vía radiofrecuencia a las demás unidades, quienes lograron efectuar la detención del ebrio jovencito.
Sin embargo, una vez en sus manos, lo trasladaron a la Delegación, donde negaron información al respecto a reporteros gráficos.
Tras confirmarse el deceso, las autoridades dieron aviso a la unidad de investigación para que realizara las labores de campo correspondientes.
Algunos de los datos que esta unidad estableció fueron que el cuerpo del sexagenario quedó a una distancia de 7 metros y medio del impacto que se dio contra la ventana de la unidad de transporte urbano.
Finalmente el cadáver fue trasladado al servicio médico forense donde le será practicada la autopsia de ley, mientras que el responsable ya se encuentra a disposición del agente del ministerio público investigador.
Minutos después de que el cuerpo fue retirado, Cornelio Arévalo Gutiérrez, de 35 años de edad y quien vive en la calle Osa Mayor, de la colonia Satélite, llegó a la zona y tras observar las credenciales que éste portaba, confirmó que efectivamente era su padre, quien había venido del rancho para visitarlos.