6 diciembre, 2025

6 diciembre, 2025

¿Se adelanta en la carrera?

Catalejos

Con su intrincado método de selección de precandidatos/candidatos, el priismo ha buscado calentar el ambiente político…y en alguna medida lo ha logrado.

Si bien es cierto que los aspirantes iniciarán sus precampañas hasta la semana próxima, durante este periodo en el que han convertido los trámites burocráticos en eventos proselitistas, consiguieron por lo menos instalar sus nombres en la agenda pública.

Es evidente que los susodichos entendieron que sus registros serían una buena oportunidad para presumir popularidad y arrastre político.

La jornada de ayer fue una prueba de ello. Los registros de Édgar Melhem, Esdras Romero, Alejandro Guevara Cobos y la joven Yahleel Abdalá Carmona confirmaron que, acaso por el aprendizaje que les ha dejado el pasado, el PRI busca dar un «madruguete» a sus contendientes.

Alejandro Guevara por ejemplo, llevó la porra más numerosa y Esdras Romero, al más puro estilo petrolero, la más escandalosa.

En el caso de Édgar Melhem llamó la atención la presencia numerosa de contingentes de Matamoros, incluidos directivos como el mismo presidente Víctor García, y Pedro Luis Coronado, dirigente de la CNOP.

No falta quien opina que incluso mostraron más respaldo para el ex delegado de Sedesol que para Daniel Sampayo.

La que tuvo un día difícil fue la neolaredense Yahleel Abdalá. Queda para el registro, aunque no pase de la anécdota, que un priista «espontáneo» se registró para contender por la misma candidatura. El hecho, fuera de guión, podría ser una premonición de lo que le espera al PRI en Nuevo Laredo, la plaza que en estos momentos luce más complicada y donde la aspiración sería simplemente obtener resultados dignos.

Son muchos los días que llevarán de ventaja los precandidatos priistas a los panistas, pues estos no serán elegidos sino hasta el 22 de febrero.

Mientras tanto, Sampayo, Melhem, Abdalá, Guevara, Romero, Guillén, Camargo, y González Salum, pueden marchar en solitario. El reto, claro está, será mantenerse con energía en la ruta.

Adiós, Castillo

Con la salida del comisionado Alfredo Castillo de Michoacán, se cierra uno de los periodos más singulares en la historia política de la República Mexicana.

Alfredo llegó al Estado con facultades plenipotenciarias, que le permitieron maniobrar con más autoridad que el Gobernador constitucional.

La apuesta de Peña Nieto fue riesgosa y la actuación de Castillo aún hoy divide opiniones. Queda el registro de su extraño manejo de las policías comunitarias, que termina con tres de sus líderes más emblemáticos encarcelados.

Es muy pronto para definir si el «bombero» preferido del Presidente cumplió con su misión. ¿Es Michoacán más pacífico que hace un año? ¿Hay menos extorsiones y secuestros? El problema para Castillo es que todas las cifras que pudiera presumir palidecen ante una verdad incontrovertible: La «Tuta», su objetivo primordial, sigue libre y trabajando.

Comentarios: mdominguezf@gmail.com

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