No. No me refiero a la romántica melodía de Armando Manzanero, sino a la jornada que ayer vivió el Partido Revolucionario Institucional en Tamaulipas, durante el registro de las cuatro virtuales candidaturas a diputaciones federales, que le restaban por formalizar.
Filas kilométricas de vehículos, porras estruendosas, multitudes abigarradas y un ambiente de fiesta, fueron los ingredientes de una fecha que devolvió los ancestrales tonos intensos a los colores partidistas, verde, blanco y rojo.
Y según se ve, también quiere revivir honores del pasado.
Pero… ¿Son suficientes esos factores para deducir que el pasado tricolor intenta retomar espacios?
Sin duda son importantes todos los aspectos mencionados, dado su perfil histórico, pero no son los que en realidad marcaron esa percepción. Hubo ayer, algo más.
La reaparición de los viejos activos del priismo estatal.
No quiero mencionar nombres para no demeritar trayectorias añejas y glorias marchitas, pero ayer jueves, al lado de quienes buscarán el voto directo para ocupar una curul federal, caminaron en confuso tropel ex alcaldes de todas las edades y de todas las latitudes, ex delegados federales, ex presidentes del mismo Partido, ex diputados locales y ex funcionarios de primer y segundo nivel, con un común denominador: son, juntos y separados, el viejo PRI.
Es evidente, los viejos cotos de poder, anquilosados y desgastados pero por lo visto muy activos, vislumbran una puerta entreabierta para volver a transitar por la senda del poder. No importa la cuota que alcancen o les otorguen, lo importante es recuperar vigencia política. Vamos, sentirse vivos.
La pregunta que se antoja es:
¿Sería ese pretérito un impulso o un lastre para el PRI en los procesos electorales que están encima?
Si me permite, aventuraré una opinión personal con pretensiones de reflexión..
Soy un permanente convencido de las bondades de la experiencia acumulada. En todos los ámbitos, no sólo el político, sus legados son invaluables cuando se trata de no repetir errores y prevenir tropiezos dolorosos. Bienvenidas entonces, son esas lecciones añosas que sólo dan los conocimientos adquiridos en una larga fila de años de entrega en ríspidas campañas y de batallas fragorosas en trincheras y cuartos de guerra electorales.
Pero, cuidado.
Como sucede en las juntas de ejecutivos en una empresa, todos pueden tener voz pero no a todos se les concede voto. Las ideas, así sean en aparente desorden, siempre deben ser atendidas, pero en un Estado como Tamaulipas, cuyo presente es abismalmente diferente al de sólo cinco años atrás —imagínese diez o veinte— los candidatos deben tener presente una verdad monumental:
Las recetas triunfadoras del ayer, pueden ser un rotundo fracaso en el presente y en el muy cercano futuro…
PODER DE CONVOCATORIA
Entre los registros priistas, dos casos llamaron la atención:
El de Alejandro Guevara Cobos por Mante y el de Edgar Melhem Salinas por Río Bravo.
Los dos, mostraron un músculo anticipado que significa desde hoy, oxígeno puro para el Revolucionario Institucional en esos distritos.
Alejandro dejó en claro que sigue honrando sus raíces y por lo tanto su poder de convocatoria cívica está no sólo intacto, sino que ha crecido en forma evidente, lo cual necesariamente se deberá reflejar en las urnas para conservar la hegemonía de su partido en esa región.
Por Río Bravo, Édgar exhibió su principal arma: la identificación con su terruño y su popularidad, labrada en años de trabajo.
Con esos balances previos, ayer fue para la jerarquía tricolor un día de amplias sonrisas …
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