A estas alturas del partido, del interno en el PRI deberían haber quedado zanjadas; hace tres semanas que se revelaron los nombres de los tricolores que competirán en la elección del 7 de junio y el encono al interior de sus filas parece haber llegado tarde, pero con fuerza.
Así es mis queridos boes, recordemos que allá por diciembre los nombres iban y venían y no pasaba nada, incluso cuando salió la lista a las columnas políticas parecía que venía planchada, que los que estaban fuera lo habían aceptado, hoy el panorama indica que no.
De Nuevo Laredo a Tampico-Madero las caras largas se manifiestan y aunque quedito, pocos de los inconformes se callan y casi nadie de los ganadores hace siquiera el intento de regresarles la sonrisa perdida.
Ahí en la mera capital, donde están los que mandan, el martes se le entregó el papelito que lo oficializa como precandidato a Miguel González Salum y la pregunta de los reporteros era obligada sobre las diferencias evidentes con su concuño Óscar Almaraz, quien también aspiraba a la candidatura, a quien ya le habían dicho que era, a quien dejaron que se moviera para luego echarlo de esa posibilidad con una patada en el trasero.
Pues Migue siempre tranquilo y apacible se enojó con la pregunta, pero alcanzó a responder que no hay tales diferencias, que Almaraz es un hombre institucional y con el que no tiene el menor problema.
«No existe ningún rompimiento, al contrario una relación muy cercana de amistad y de trabajo, también en lo político en donde el contador Almaraz siempre ha estado sumado y siempre ha sido muy serio, muy responsable en su accionar”, dijo.
«Este trabajo que lleva a cabo el contador Almaraz y que además es muy valioso, como actor político importantísimo de esta región, ya sabemos que habrá de ayudar a sumar muchísima gente como todos los demás actores políticos de este distrito”.
Pero no se vio por ningún lado a Almaraz en el evento, pero tan fácil que debe ser que el también ex tesorero muestre que su concuño no está enojado como por ejemplo: saliendo juntos a almorzar a alguno de los restaurantes políticos de la capital, con una foto en público donde el presunto enojado le levante la mano al pre candidato, pero no ha ocurrido.
Entonces es evidente que ahí hay situaciones que no han podido superar y que con el paso de los días crecen y muestran a un candidato tricolor sin el apoyo unánime, diga él lo que diga, lo que se ve no se juzga como diría Juan Gabriel.
En Nuevo Laredo con la jovencita Yahleel Abdala pasa peor, no hay una sola señal de que los ex alcaldes Ramón Garza Barrios y Pepe Suárez quieran participar como sus promotores, simplemente porque no la quieren.
Tampoco se ha visto que al ‘espontáneo’ que se lanzó al ruedo a registrarse para llevarle las contras a la muchacha lo hayan apaciguado, porque una cosa es que le rechazaran el registro y otra que lo puedan arreglar.
Del sur ayer les comentaba que en un hecho raro los pudientes del puerto de Tampico habían acompañado en son de porra al registro de Alejandro Guevara y que no lo hicieron con la candidata por la que tendrían que votar Mercedes Del Carmen Guillén Vicente.
Hay versiones que indican que personajes como la regidora Rufina García no le han convencido del todo a colaborar en la campaña y que ha hecho el ‘fuchi’ más de una vez.
Los que más le intentan buscar tres pies al gato agregan que Olga Sosa, la diputada local que también quería la candidatura no termina de acercarse y que la maestra Magdalena Peraza no aceptó ser la suplente.
Es más, lo que sí les puedo adelantar con toda certeza es que Magdalena no será tampoco la coordinadora de la campaña de Paloma como se había insinuado.
En el Distrito que encabezará Esdras Romero tampoco todo es miel sobre hojuelas, porque hay voces que insisten en dudar del apoyo que le prometieron al petrolero en Altamira, donde le dijeron que no se preocupara que ahí lo harán ganar, porque la realidad indica que no quedaron conformes.
Dicen que en un intento de apaciguar a los altamirenses se va a postular al hijo de Genaro de la Portilla como suplente, pero que eso sólo mantiene quieto a uno de los tantos grupos de Altamira, además de que el muchacho es más gris que el cielo en pleno invierno lluvioso.
El caso de Río Bravo igual lo sabemos, con la caída de Édgar Melhem, la subida de Amelia Vitales y luego al revés, los unos andan encanijados con los otros.
Pero donde sí domina el caos e incertidumbre entre los priistas es en Matamoros, donde lo único oficial es que Daniel Sampayo fue tumbado de la candidatura, como antes lo había sido Erik Silva.
Ahí el martes el candidato del ‘plan c’ era Jesús De la Garza Díaz del Guante, pero ayer en el comité estatal nadie lo confiaba y lejos de ello dejaban que se especulara sobre la posibilidad que hubiera un ‘plan d’ y hasta uno ‘e’ con Alfonso Sánchez y Mónica González.
La tarea de Rafael González Benavides no es menor, la operación cicatriz urge, porque el proceso está a la vuelta de la esquina y el rastro de sangre los puede dejar anémicos para el inicio de la campaña.
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