CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- El día de hoy, 2 de febrero, se celebra La Candelaria, la tradicional fiesta donde las personas que en la rosca de Día de Reyes “se sacaron el niño”, ofrecen tamales a los amigos, colegas o familiares.
A pesar de ser un día de gran consumo, no en todos los negocios de venta de tamales la demanda aumenta significativamente. María de Jesús, quien se dedica a vender tamales desde hace siete años y que pidió no dar su apellido, afirmó que la demanda no aumenta mucho en estos días, aunque los pedidos que entrega para esta fecha tienen que ser solicitados con cuatro días de anticipación. En otros negocios aumenta hasta en un 75%. Por ejemplo, si normalmente el pedido promedio es de media tamalera, en estos días aumenta a dos, comentó María Luisa Ramírez quien tiene 10 años en este negocio.
En cuanto a la preferencia de la gente, los tamales que más se piden son los de pollo y frijoles y, en menor medida, los de puerco y rajas con queso.
Esta fiesta, conocida popularmente como La Candelaria, en la liturgia de la Iglesia Católica se llama Presentación del Señor y no es una fiesta de precepto actualmente. Lo que se conmemora es la presentación de Jesús en el templo realizada por María y José. Esta fecha cierra las fiestas de la Epifanía (manifestación) del Señor, compuestas además por la Fiesta del Bautismo en el Jordán y el Día de Reyes.
El sacerdote José Luis Obregón Molina, párroco de la Parroquia de Nuestra Señora de Lourdes, afirmó que el nombre de La Candelaria se refiere a las velas que se bendicen y se usan en procesión en las misas de esta fecha. A su vez, las velas recuerdan las palabras que el anciano Simeón, durante la presentación de Jesús, le dijo a María: “Este niño será luz de los pueblos”.
El cura José de Jesús Sanchéz Jiménez, Vicario de la misma parroquia, declaró que la procesión de La Candelaria es la más antigüa después de la Vigilia Pascual. También comentó que el nombre de “Candelaria” viene del vocablo en latín de “candela” que significa “vela” y que las primeras comunidades cristianas de Asia Menor llamaban a esta fiesta “Hipapante”, que quiere decir “El encuentro” refiriéndose al encuentro entre el niño Jesús y el anciano Simeón.