¿Cuántas veces en la vida usted ha tenido que tomar una decisión influenciada por los demás? Seguramente muchas, y sin catalogarlo como algo bueno o malo, esas disyuntivas de las vida son tan sencillas identificarlas como decir un sí o un no era lo que quería uno mismo. Estimado lector, permítame compartir algunas líneas personales.
La mañana de este sábado, oportunamente recibí vía whatsapp un vídeo que me dio luz en muchos sentidos. Me resultó tan sano escuchar en tono cómico tantos paradigmas que uno tiene en el caminar de la vida y como pueden ser vividos de una forma tan sencilla cuando se selecciona el destino que uno mismo quiere. Jonathan Hernández me envío el breve vídeo de un programa de televisión conducido por René Franco, entrevistando a Odin Dupeyron, sin dudarlo subí inmediatamente ese fragmento a mi canal de YouTube (https://www.youtube.com/user/DaveDorantes/) para compartirlo con los demás a través de mis redes sociales y ahora lo hago con usted estimado lector.
Si bien, este vídeo no es una clase de superación personal y mucho menos es una terapia psicológica gratuita, si es un buen pretexto para retomar con usted esa idea que plantea el actor Odin Dupeyron sobre que “tenemos un exceso de pensamiento mágico pendejo”. He conocido infinidad de actores que tienen la pasión por estar en la escena y no tienen el talento para ello; pero también no son pocos los políticos que conozco que tienen la pasión por ser y hasta en ocasiones la suerte les da la fortuna de ser ganadores en una contienda electoral y que no tienen una pizca de talento para desempeñar esa función pública; bueno, un servidor me apasiona tanto cantar música ranchera y mi “talento” seguramente tiene aturdido a más de un vecino.
En una ocasión Martín Sánchez, corresponsal en Ciudad Victoria del periódico La Jornada, me hizo comentarios acerca de mi columna que sin entrar en detalles le comparto que me dijo que distinguía el esfuerzo para tocar temas sin trastocar destinatarios, supongo que tendría algo de talento para tal esgrima editorial. Desconozco qué tanto talento tengo para comunicarme con usted a través de esta columna editorial, pero créalo que lo hago con mucha pasión desde hace años, no tantos como para haber subido de mi nivel de tundeteclas al nivel de los encumbrados editorialistas de Tamaulipas.
Se avecinan tiempos en los que la opinión pública estará infestada de un exceso de pensamiento mágico pendejo, entre teoremas asertivos sobre la contienda electoral hasta sendas bufonadas pírricas periodísticas. Es por eso que mi esgrima editorial hoy toma otra arena no pública, seguiré escribiendo con la misma pasión pero en otra plataforma y seguiré devorando cuantas letras se me pongan enfrente, pero llegó el momento de hacer un impasse en este espacio editorial por los siguientes tres meses. Una decisión que he tomado libremente y sin influencia de los demás.
Es por ello que quiero agradecer a todos mis editores que me permitían publicar mis “Apuntes”. Primero a José Manuel Suárez López, director general del periódico Líder Informativo de Nuevo Laredo por tantos años de permitirme escribir libremente. José Luis BGarza, director general de El Periódico en el Valle de Texas. Pedro Alfonso García, director general del Grupo Expreso, quien me entusiasma su vena periodística y quien me invitara hace un poco más de un año para pertenecer a esta gran familia. Desde luego a José Azpeitia, mi paciente editor y director editorial de la versión dominical del periódico Expreso de Ciudad Victoria. Mi amigo Melitón García, director editorial del periódico La Razón de Tampico. Amigo y compañero Miguel Domínguez, director editorial del periódico Expreso de Matamoros. También a mi editor en jefe en el periódico El Financiero Monterrey Edgar Rivera, y a Rogelio Guzmán. Recientemente para quienes me permitieron incursionar en proyectos netamente digitales: Jhovanni Raga, director general de www.revistamosaico.com y Alejandro Paz, director general de www.laexpresion.com.mx Mención especial me merece a mi amigo Guillermo Martínez García, quien me inspira seguir explorando los inescrutables senderos de la comunicación política.
Pero sobre todo y más que todo, muchas gracias a usted estimado lector, por haberme permitido estar en comunicación con usted y en ocasiones establecer contacto con un servidor para nutrirme con sus comentarios. Una vez pasado este impasse regresaré en donde me abran las puertas, esperando seguir provocándole aunque sea en unas líneas para la reflexión colectiva de nuestra sociedad. ¿Usted qué opina?
www.daviddorantes.mx