Asimismo, apuntó que Estados Unidos supervisará el uso de los drones, los cuales no deberán ser utilizados para vigilancia ilegal o para hacer uso de la fuerza contra la población civil.
Asimismo, exige a los gobiernos ofrecer capacitación “técnica y doctrinal” a los operadores a fin de reducir el riesgo de daño o heridas no intencionadas.
La dependencia indicó que el Departamento de Defensa revisará las transferencias potenciales de drones y las ventas se realizarán bajo los programas vigentes de ventas militares gobierno a gobierno.
Las regulaciones indican que se autorizará sólo en “raras ocasiones” bien justificadas la transferencia de drones armados con un rango de 300 kilómetros, que tengan capacidad de transportar una carga explosiva de hasta 500 kilogramos.
Estados Unidos ha utilizado drones armados en sus campañas en Yemen, Pakistán e Irak, pero su uso es controversial debido a reportes de que ha afectado a la población civil.
La dependencia no identificó a los países interesados en adquirir los aparatos no tripulados, pero reportes indican que Israel y Egipto figuran entre los gobiernos interesados en adquirirlos.