MATAMOROS, Tam.- Un regiomontano se debate entre la vida y la muerte en la sala de urgencias del Hospital General “Dr. Alfredo Pumarejo” porque sufrió la amputación de una pierna al estrellar su camión contra el barandal de protección de la autopista Matamoros-Reynosa, a la altura del entronque con el Puente Lucio Blanco-Los Indios.
Antes de entrar en shock, el chofer reveló que a él no le tocaba cubrir esa ruta, pero cubrió a uno de sus compañeros por eso no notó que estaban los barandales en ese sitio, siguió derecho y se impactó con tan mala suerte que el fierro atravesó el camión y le amputó la pierna izquierda.
Raymundo Roberto Méndez Hernández, de 27 años, originario de Monterrey, Nuevo León, fue llevado en una ambulancia de la Cruz Roja al Hospital General.
Las autoridades tardaron hora y media en rescatarlo de entre los hierros retorcidos del camión y media hora más en sacar la pierna izquierda.
Se dirigía a Monterrey, Nuevo León.
El accidente fue reportado a través del sistema de emergencias 066 por los automovilistas que circulaban por el lugar.
Pidieron apoyo a los bomberos y a Protección Civil, sumándose paramédicos e la Cruz Roja, del Grupo de Emergencias Cora y agentes de la Policía Federal Preventiva, división Caminos, que a su vez solicitaron la presencia de militares para que les ayudaran a desviar el tráfico.
Fue necesario emplear las “quijadas de la vida” para rescatar al infortunado hombre.
Al camión marca Ford, F-450, rojo, le quitaron la puerta del chofer para poder maniobrar en las tareas de rescate.
Es propiedad de la empresa Transportes Ramírez, que se especializa en fletes para Nuevo León y Tamaulipas.
En todo momento el conductor estuvo consciente y casi se desmayó cuando lo subieron a la camilla para llevarlo al hospital.
Además de la amputación de la pierna izquierda el chofer sufrió fractura del brazo izquierdo y presentaba golpes contusos.
En el Hospital General los médicos indicaron que el estado de salud del hombre era de pronósticos reservados.
Se temía un fatal desenlace porque había perdido mucha sangre en el momento del brutal encontronazo.