CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- En la repisa de Elvia se ubica un antiguo radio, llama la atención antes de que la vista ingrese a la cocina.
-¿Funciona?- preguntan con frecuencia sus visitas
-No, pero lo compré porque me gustan las cosas viejas- responde orgullosa.
El gusto de Elvia lo comparten varios habitantes de Victoria, son con frecuencia seres distintos a las masas, que gustan de objetos únicos y la decoración.
“Antes sólo en los tianguis podías encontrar este tipo de cosas o cuando viajabas a otros estados o en otros países, ahora parece que comienzan a traer este tipo de objetos y me gusta porque tengo más elementos para vestir mi hogar”, dice uno de los clientes del Bazar & Vintage Guarani, en la avenida José Sulaimán.
Su propietario Rubén Amarilla, artista plástico y un amante de la decoración fue el primero que incursionó en el giro en 2003 y ahora otros negocios brotan dispersos en el asfalto.
“Cuando se atiborró mi casa los traje para acá, no es que ya no me gustaran, lo que pasaba es que ya no tenía espacio. Este negocio no es como para volverte millonario, es una cosa que uno disfruta mucho y yo soy de la creencia que cuando entras a una casa, lo que habla son los muebles o las cosas que tiene la persona. Y los muebles antiguos tienen eso, los compras, los tapizas a tu gusto y además son de madera y esta tendencia en la decoración resulta ecológica”, argumenta Rubén Amarilla.
“Esos muebles son el espíritu de la casa. También lo que cuelga en las paredes y no es necesario tener mucho dinero para tener una obra de arte. Hay artistas locales muy accesibles y en las pulgas y tianguis encuentras también grabados. No vas a encontrar un Picasso o un Rembrant, pero sí encuentras cosas buenas”, agrega.
Rubén aprendió leyendo, compraba sus primeras piezas e investigaba la fabricación y a valorar los objetos por los números de serie que les hacían piezas únicas.
“La gente en los tianguis no se dedica a las antigüedades en exclusiva, pero sí detectan que estos objetos se están vendiendo e intentan subir el precio. Sin embargo, en Victoria, el poder adquisitivo no es suficiente para vender o revender artículos viejos en precios estratosféricos y el vendedor debe ser cauteloso para comprar y vender a buen precio”, aconseja Amarilla.
“La esencia de este negocio es el buen gusto. Lo vintage son cosas que nunca van a pasar de moda, es aquello de los 50 o principios de siglo pasado, son precios accesibles. Lo inventaron los gringos al reutilizar los muebles de la abuelita”, afirma.
Cada objeto tiene vida propia, tienen su historia, incluso la disputa en el tianguis por ganarlo.