29 diciembre, 2025

29 diciembre, 2025

Cruda moral

Sol General

Al iniciar esta semana, por primera vez en mi vida me deshice de muchísimas telarañas mentales e hice un compromiso conmigo mismo, empecé a cuidarme físicamente, situación que aunque sea más que evidente, nunca lo había tomado en cuenta; vivía la vida loca, comiendo a placer, postergando recurrentemente la activación física y después de tres décadas de vida el cuerpo ya exige otro ritmo y otros cuidados.

De hecho me motivé mucho tras haber participado en la Carrera de la Amistad en honor a Rodolfo Torre Cantú el pasado 14 de febrero.

Total que como el hombre es un animal de costumbres, es difícil quitarse los hábitos que uno trae arrastrando desde hace mucho y como es costumbre desde hace mucho tiempo, los miércoles es mi día de consentirme, donde me reúno con mis mejores amigos, cenamos, convivimos, nos reunimos a discutir la inmortalidad del cangrejo degustando una buena copa o catando una cheve bien fría.

Como este miércoles sirvió de pretexto para festejar la reciente graduación del ingeniero Giovani Sánchez, la convivencia pasó de una tradicional cena, a visitar un lugar al norte de la ciudad que últimamente se ha caracterizado por su buen ambiente, música en vivo y la concurrencia de muchos personajes de la vida social, política y deportiva de la capital cueruda.

Aunque me la estaba pasando bien, me sentía mal por hacer lo que no debía, estaba rompiendo el trato que tenía conmigo mismo, el cuidado que empecé a tener en la semana y que, sin buscar pretextos, orillado por lo bien que nos estábamos pasando, se alargó a más de tres cervezas -y eso si- menos de diez.

Como dijo la Rana René, a veces me siento mal por romper la dieta, pero luego vi a dos jugadores del Corre bien borrachos y se me pasa.

Resulta que en dicho centro social, muy alegres, más de lo normal y cuando el reloj ya nos indicaba que rebasábamos la frontera entre el miércoles y el jueves, arribaron Ricardo Bocanegra y Daniel Duarte, ya sabrá.

Ambos personajes se sentían muy tranquilos y cómo no, su trabajo consiste en ir dos horas al Centro de Formación y las 22 horas restantes del día deben de ¿cuidarse? como ¿profesionales? del fútbol que son, o al menos como se lo hacen creer a la Universidad Autónoma de Tamaulipas que paga sus suelos, que le aseguro si son unos cuantos muchos miles de pesos.

Para ser sincero ni me espanto, porque tal vez por el simple hecho de estar ahí todo supondría que estábamos haciendo lo mismo, aunque no creo aguantar tomar tanto y menos traer loca a tanta chavita en el bar, como ellos las traían.

Solo me gustaría preguntarle varias cosas a sus jefes, Ricardo Cadena y Francisco Filizola, por ejemplo: ¿Está reglamentado el comportamiento fuera de horas de trabajo de los jugadores al formar parte de un club deportivo profesional que representa a nuestra máxima casa de estudios?, ¿Cuánto alcohol se puede ingerir en un día a 48 horas de tener partido y 24 horas después de haber tenido juego?, ¿Existen sanciones para quiénes violen el reglamento en caso de que exista?.

Imagínese, como si la situación estuviera para andarse exhibiendo de esta forma, Correcaminos tiene de por si ya una mala fama ante la gente de Victoria, no digamos la afición; supongamos, un aficionado resentido y encervezado los confronta, les reclama, la cosa se sale de las manos ¿qué sucedería?, ¿una tragedia?, ¿un ridículo más para el equipo? o que en la calle se estampen como Axel Velázquez o como el beodo del ‘Samba’ Rosas, que por cierto hoy regresa con la camiseta del Irapuato.

Lo bueno que a Bocanegra y Duarte no les pasó nada, dentro de todo lo malo, lo menos peor, que este simple escribano les dedique unas cuántas líneas y usted un minuto para leer sus aventuras, lo que hacen mientras ellos no entrenan.

 

¡ALELUYA!

Por fin hay buenas noticias en el Centro de Alto Rendimiento Polideportivo; la alberca ya estará climatizada después de la reparación de la caldera. El titular del ITD, Enrique de la Garza Ferrer tuvo que intervenir para que una empresa especializada de Monterrey viniera a ajustar las fallas y nuestros seleccionados en natación y clavados ya pueden practicar sin temor a salir congelados de la alberca.

Lo dicho: cuando se quiere, se puede. Y al parecer vienen mejores noticias, pues el ritmo de trabajo ya se tiene y la inercia es positiva.

 

@luisdariovera

 

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