CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- En los altos de la calle Hidalgo, en Victoria, existen huellas del pasado intactas, como los balcones del viejo Hotel Victoria entre las calles 10 y 11.
Donde don José Badella, su primer dueño, observaba los desfiles del 16 de septiembre y gritaba “¡Viva México!”…
Los miembros del contingente conociendo sus raíces españolas respondían: “¡Y los gachupines también!”…
El hotel se inauguró el 16 de octubre de 1918, con el nombre de Hotel Universal, más tarde se llamó Barcelona, luego Español, hasta quedar grabado en la memoria como Hotel Victoria.
“Mi abuelo José Badella, venía de Barcelona, España, ellos fundaron ese hotel y más tarde tuvieron un restaurante. Mi abuela se llamaba Rosa Parsenisa. Ese hotel lo tuvieron algunos años hasta que murió mi abuelo”, recuerda don Ernesto Serna, aunque ya no vivió los tiempos de gloria en la casa de los abuelos.
La familia Badella también habitó en la parte superior del hotel, el más distinguido de la época y al que muy pocos podían acceder.
“Mi abuelo era tenor y andaba cantando en los barcos que viajaban de Europa a América, conoció a mi abuela en Venezuela; ella iba con su padre y ahí le pidió que se casaran”…relata Serna.
Ambos eligieron México para construir su hogar.
Mientras él trabajaba entre el glamour de los teatros en la Ciudad de México, San Antonio y Laredo, Texas, en el país había una efervescencia política que culminó en un movimiento revolucionario.
Don Ernesto no olvida que la abuela Rosa contaba que para reunirse con su marido tuvo que viajar con un contingente de personas por varios días desde la Ciudad de México a Veracruz, en burro.
El objetivo era llegar a Laredo, con su marido, y cuando pasaron los tiempos difíciles regresaron a Matamoros, Tamaulipas, cuando ya existía vida social y actividad en el Teatro Reforma.
“Ahí nació mi mamá Carmen Badella de Serna, ella murió hace un año, era muy buena para la historia y estudió en Victoria en un colegio de monjas en el 21 y 22 Allende, en el ex Asilo Vicentino, antes de que fuera el Cuartel de los Soldados.
«Cuando vivieron aquí mis abuelos se trajeron de España a unos tíos, unos hermanos de mi mamá y fue por ellos allá y se regresaron de nuevo a México, eso ocurrió cuando ya vivían aquí en Victoria, se fueron un tiempo a Barcelona y regresaron. «Mi mamá fue la única que nació en México, los otros dos hijos Manolo y Marcela, nacieron en España”, explica Ernesto Serna.
Manolo Badella, el hijo mayor, trabajó en Victoria en una constructora del ingeniero Antonio Rodríguez Mejía.
«Mi tío Manolo duró prácticamente toda la vida con ellos, hacía obras en toda la república mexicana, en Baja California, Cuautla, Morelos y en la vieja carretera a Tula; y mi tía Mercedes, la segunda hija, se casó en Monterrey, luego seguía mi madre y mi tío Mario, que trabajó en Teléfonos de México, él radicó por el estado de Hidalgo”, agrega.
Con los años el hotel se traspasó, la propiedad la perdió la familia desde el fallecimiento del abuelo José Badella y otros comerciantes llevaron las riendas del negocio.
La familia Badella abandonó el hotel y su casa de la familia por años, tras la muerte del abuelo y se mudaron al 19 y 20 Hidalgo, donde transcurrieron sus días. Finalmente la abuela Rosa vivió en casa de don Ernesto y compartieron la misma habitación.
“Yo la recuerdo con cariño, era una mujer fuerte igual que mi madre. Podían enfermarse y estar graves hoy, pero al otro día nadie se enteraba que habían estado mal. Mi abuela siempre me hacía una torta española para desayunar”, remata don Ernesto, conteniendo la nostalgia.




