En los próximos días, harta, cansada y fastidiada de las múltiples incongruencias y corruptelas que registra el partido en el que milita desde hace casi 20 años, Marcela Navarro enviará su carta de renuncia al PAN.
La misiva, que seguramente ya debe estar redactada a estas horas, será dirigida a Sergio Meza López, presidente del comité local del partido blanquiazul en tierras jaibas.
Marcela Navarro Quintana, arquitecta de profesión, formó parte de la primera generación de panistas que llegaron al poder en Tampico tras ganar de manera arrolladora y aplastante la elección por la alcaldía de 1995.
Ella fue regidora y compañera de un grupo de empresarios y profesionistas que soñaban con derrocar el imperio priista no sólo en las administraciones municipales, sino en la presidencia de la república, a fin de generar un cambio de fondo en el país.
El sueño lo lograron. En aquél histórico proceso electoral de mediados de la década de los noventas (hace justo dos décadas), Diego Alonso Hinojosa Aguerrevere, un agente aduanal y miembro de la Coparmex, encabezó a los panistas jaibos que se inspiraron con la idea de cambiar a México con la campaña presidencial de Manuel Clouhtier en 1988.
Era un grupo de empresarios y profesionistas deseosos de emprender el cambio del país, hastiados de la serie de crisis y devaluaciones que destrozaron la economía del país durante los ochentas y, la peor de todas, la del error de diciembre de 1994.
Ahí estaban, además de Diego Alonso Hinojosa, Arturo Elizondo Naranjo, Lucirene Alzaga Madaria, José Antonio Heredia Niño, David Gómez Fuentes, Jaime Zorrilla de la Garza Evia, Sergio Salazar, Martha Canseco, Concepción Fernández y, por debajo de la mesa, los altos ejecutivos de los dos poderosos e influyentes corporativos de Coca-Cola con sede en el puerto jaibo (el Grupo Tampico y Continental).
Con esa generación llegó al Cabildo porteño la arquitecta Marcela Navarro Quintana, una mujer que creyó, como muchos, que con la caída del PRI iban a cambiar las cosas.
La realidad fue distinta: hoy en día, el PAN, después de 12 años de ejercer el poder de Los Pinos, se encuentra sumergido en infinidad de disputas internas. Todo se vale con tal de ganar las candidaturas azules a los cargos de elección popular. Por lo regular, los panistas copian las estrategias utilizadas en el PRI. Acción Nacional se convirtió en lo que criticó.
Un ejemplo reciente: los panistas fueron quienes sacaron adelante la propuesta del presidente Enrique Peña Nieto de llevar a su amigo Eduardo Medina Mora a la Suprema Corte de Justicia. La contradicción absoluta. Una incongruencia más de la oposición conservadora.
Eso no es todo: Marcela Navarro tampoco comulga con el proyecto de Germán Pacheco Díaz de ser candidato del PAN a la presidencia municipal de Tampico. Ella conoce a la perfección al diputado federal y no le gusta para nada la idea de que llegue a ser alcalde.
Cuando fue designada Delegada de la Zona Norte en la pasada administración municipal, justo para entrar al relevo de Germán Pacheco, encontró muchos asuntos administrativos que no le agradaron. Estuvo a punto de denunciarlos, pero la frenaron. No era conveniente para la campaña blanquiazul a la diputación federal por el Octavo Distrito.
Mucho menos perdona la forma en cómo el senador Francisco Javier García Cabeza de Vaca operó para destituir hace 5 años a Lucirene Alzaga Madaria, su gran amiga, de la delegación federal de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) en Tamaulipas. La factura se la van a enviar dentro de poco tiempo, justo cuando más duela.
La renuncia de Marcela Navarro ya se venía cocinando desde hace algunos meses, pero se aceleró cuando Eduardo Cantú Elías, ex dirigente de ‘Tamaulipas por la Paz’, decidió lanzarse como candidato del Movimiento Ciudadano a la diputación federal por el Distrito Ocho, con cabecera en Tampico.
La arquitecta llegará a tierras jaibas en plena campaña electoral para ayudar a su amigo, un personaje polémico que, seguramente, jalará una buena cantidad de votos. Ya veremos qué tanto apoyo le aportan Dante Delgado Rannauro y Gustavo Cárdenas al candidato para que sus actividades proselitistas generen una alta efectividad en las urnas.
Es un hecho: la salida de Marcela Navarro no sólo tendrá un efecto negativo en el PAN en esta elección, sino en la contienda que viene, la que se escenificará en 2016.
Además, la renuncia de la arquitecta a Acción Nacional se suma a la próxima postulación de Daniel Morales González (un joven que también inició su actividad política con aquella generación blanquiazul de mediados de los noventas) como candidato a diputado federal por el Partido Verde a diputado federal por Tampico.
En otras palabras, el PAN se desmorona en el puerto jaibo.
LA VISITA DE MARCO BERNAL A TAMPICO
Marco Bernal Gutiérrez, quien es un firme aspirante a la candidatura del PRI a la gubernatura de Tamaulipas, estará en Tampico el próximo viernes 20 de marzo.
El diputado federal va a exponer en dos eventos públicos un tema en el que es un especialista: la reforma energética.
Primero, se reunirá con empresarios e industriales en el Hotel Posada de Tampico. El impacto económico en el sur tamaulipeco de ‘la reforma estrella’ del sexenio peñanietista será el tema, con un desayuno de por medio.
Más tarde, al filo del mediodía, la Escuela de Ingeniería Petrolera del Instituto de Estudios y Ciencias Superiores de Tamaulipas (ICEST), Marco Bernal participará en un foro organizado por académicos y estudiantes.
La exposición del diputado federal priista será sobre el marco jurídico y regulatorio de la reforma energética. El legislador tricolor estará muy activo en tierras sureñas, donde además va a sostener una serie de reuniones privadas. El 2016 está a la vista.
