CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Fue el 8 de julio de 1990, cuando se jugaba la final del Mundial de Italia 90 entre Alemania Federal y Argentina que Marco Antonio Rodríguez Moreno sintió esa curiosidad por convertirse en árbitro de fútbol.
El ahora ex silbante profesional tuvo la inquietud de llegar al mundo del arbitraje debido a que el nazareno que se encontraba dirigiendo la final de esta Copa del Mundo: era el mexicano Edgardo Codesal.
“Yo sentí esa curiosidad por ser árbitro debido a que estaba viendo el partido de la final de la copa del mundo entre Alemania y Argentina y cuando vi que el árbitro era mexicano yo pensé que algún día podía estar ahí”, mencionó Marco Rodríguez.
“Chiquimarco” tenía apenas 19 años cuando comenzó a prepararse para ser silbante, sus inicios fueron en el Colegio de Árbitros de la ciudad de Tepic, en el estado de Nayarit.
Rodríguez Moreno comenzó a tomar sus primeros cursos en el mencionado organismo, mientras que sus prácticas en cuanto acondicionamiento físico las realizaba en el estadio Nicolás Álvarez Ortega.
“Tenía 19 años y decidí meterme al colegio para árbitros, de ahí en adelante comencé a aprender las reglas de juego y aplicar el reglamento en los primeros partidos en el fútbol amateur”, comentó.
Sin embargo, “Chiquimarco” se trasladó al Distrito Federal para estudiar su carrera profesional, misma que fue una licenciatura en Educación Física de la cual se gradúo en el año de 1993.
Una vez graduado, Marco Rodríguez siguió entrenando y trabajando en el arbitraje para un día lograr la primera etapa de su sueño, debutar como árbitro profesional en las divisiones inferiores.
Pero fue en el torneo de Verano de 1997 cuando Rodríguez Moreno llegó a lo más alto del fútbol mexicano a la Primera División, “Era la jornada 6 del torneo Verano de 1997 el partido Atlante en contra de Pumas, fue ahí cuando debute en la Primera División, ese partido lo ganó UNAM con marcador de 0-1”, comentó.
“Mi primer tarjeta amarilla fue al minuto 47 a Juan de Dios Ramírez Perales, mientras que la tarjeta roja fue al 64 a Vlada Stosic”, indica, sin embargo, desde ahí Marco Rodríguez dejó en claro el rumbo que llevaría su carrera como árbitro profesional de Primera División.
“Siempre me ha gustado aplicar las reglas como son y siempre lo hice así, como debía de ser, pero no solo en el arbitraje, sino en todos los ámbitos de la vida”, mencionó.
Marco Rodríguez se convirtió en un árbitro regular en la liga mexicana aunque siempre los medios de comunicación lo tacharon de “polémico” y “protagonista” situación a la que se acostumbró.
“Cuando estas en la Primera División los ojos de todo el país están sobre ti, entonces estas expuesto a la crítica, es algo a lo que te tienes que acostumbrar”, mencionó.
Para el año de 1999 Marco Rodríguez trabajó por primera vez en un partido de liguilla de fútbol mexicano el partido fue entre Pachuca y Toluca el cual ganaron los primeros en mención por marcador de 1-0. Después de ahí nunca dejó de participar como silbante en las liguillas del fútbol mexicano.
“Mi primer final fue en el año 2002,cuando se enfrentaron Necaxa y América, me tocó el partido de ida, el cual finalizó 2-0 a favor de Necaxa, en ese partido expulse a José Luis Montes de Oca del Necaxa”, comentó Rodríguez Moreno.
A partir del año 2000, “Chiquimarco” recibió su gafete internacional de FIFA con el cual comenzó un sueño mucho mayor de conocer el mundo por medio de una profesión la cual señala le ha dejado muchas satisfacciones.
“Tuve la oportunidad de trabajar en tres copa del mundo de categoría mayor, además de la Copa del Mundo Sub 17 en 2003, Copa América 2004, Copa del Mundo Sub 17 de 2005, la Copa Oro 2005 y el Mundial de Alemania 2006, Sudáfrica 2010 y Brasil 2014”, sentenció Marco Rodríguez.
“Es una experiencia que no se puede describir, conoces a mucha gente de diferentes países, ahí hice muchos amigos, porque al final todos somos seres humanos aunque tengamos diferentes creencias, o religión”, declaró.
Para Marco Rodríguez el fútbol ha sido una parte fundamental de su vida, algo que lo ha formado, “A mucha gente no le gustaba mi estilo de arbitrar, a muchos directivos, yo incluso fui perseguido por la Federación Mexicana de Fútbol, por equipos que no me querían pero bueno siempre Dios estuvo conmigo”, comentó.
Sin embargo, la carrera de Marco Rodríguez fue muy fructífera a pesar de todos los intentos de los federativos por truncarlo, dirigió un total de 480 partidos en la Primera División, de esos 12 fueron finales de liga, además trabajó en 110 partidos internacionales.
Así mismo, estuvo presente en la Copa Libertadores, en donde sacó la tarjeta roja más rápida del torneo con tan solo 20 segundos de iniciado el compromiso, entre Atlético Nacional y Nacional de Montevideo en donde se pintó de rojo Alejandro Bernal.
De esta manera en toda su carrera “Chiquimarco” sacó 2588 tarjetas amarillas y 315 tarjetas rojas, además de marcar 167 penales. Con un promedio de 5.71 tarjetas amarillas por partido y 0.7 rojas por encuentro.
Una de las anécdotas que más recuerda fue que en un partido en Zacatecas, en la Primera División “A”, un jugador le quitó una tarjeta amarilla y posteriormente se la iba a mostrar a él, “Me pasó en Zacatecas, hacía demasiado frío, llego a la jugada, marco y sacó una tarjeta al momento de sacarla tenía la mano tan entumida que el jugador me la arrebato, fue cuando me le quedé viendo y le dije que me la regresara y él me la mostró a mí”, comenta.
Fue ahí cuando siempre cargaba con dos cosas en el partido para prevenirse, “siempre llevaba dos tarjetas amarillas, dos tarjetas rojas, dos silbatos, dos relojes para cualquier situación”, comenta.
Sin embargo, también señala que de ahí fue cuando nació posteriormente la acción polémica de mostrar dos tarjetas amarillas al mismo tiempo, “En la final entre Tigres y Santos, hice eso por inercia, la verdad nunca fue mi intención hacerlo de esa manera, cuando me acerco a la jugada, saco primero una tarjeta amarilla y vi que no tenía anotado a ninguno de los dos jugadores, posteriormente saco la otra tarjeta para verificar la información y cuando ya tenía las dos tarjetas en la mano se me hizo fácil mostrarlas al mismo tiempo para que los jugadores se calmaran rápido, pero nunca violé ningún reglamento, las reglas de juego no dicen que no puedo mostrar dos tarjetas amarillas a la vez”, comentó.
Sin embargo, señala que ésto no le gustó a los dueños de los equipos que pidieron de inmediato su salida del fútbol mexicano, “La presión aumentó, querían que la Comisión de Árbitros me corriera, que me dieran de baja, yo tenía argumentos sólidos, yo les dije que la FIFA no lo prohíbe, que el reglamento no marca que no lo puedo hacer, pero a veces te tienes que aguantar ese tipo de cosas aunque tengas la razón y tuve que aceptar una sanción injusta”, señala.
Dejó en claro que nunca se enemistó con ningún jugador en lo personal, “Yo siempre fui respetuoso y jamás me enemisté con alguien, la verdad se da otra percepción; sin embargo, en el fútbol hice muchos amigos”, señala.
Fue entonces cuando llegó el tiempo de la Copa del Mundo de Brasil 2014, “Fue tanta la presión por parte de las personas para que yo no fuera que nunca estuve en la lista considerado para ir al mundial, dieron varias listas previas y nunca aparecí y me decían que yo no iría al mundial y dije estas son palabras del hombre, Dios me dice que si voy a ir, y el último día en la última lista, aparecí en el lugar 7, lo cual me hizo sentir muy gustoso, porque iba a estar en ese mundial”, señala.
“Fue entonces cuando tomé la determinación de mi retiro, yo dije, regresando del mundial, pase lo que pase, me retiró”, comenta.
Y fue entonces cuando en el partido entre Brasil y Alemania el cual perdieron los locales con marcador de 1-7 cuando Marco Rodríguez dirigió su último encuentro, “Disfruté el partido, y creo que va a quedar para la historia, al local le ganaron de una forma increíble y yo estuve ahí, en un momento importante del fútbol mundial, cuando vi mi “chiquireloj” en el último segundo di el silbatazo mire al cielo y di gracias a Dios, fue ahí cuando supe, esto ya se terminó, se va Marco Rodríguez”, mencionó.
SU CONVERSIÓN A DIOS
Desde pequeño Marco Antonio Rodríguez Moreno sintió el llamado de Dios; sin embargo, tenía muchas dudas, tras crecer en una familia católica, Marco tenía preguntas y no le gustaba el tradicionalismo de dicha religión. “Yo desde niño, desde muy “chavito” creía en Dios, volteaba al cielo y hablaba con Dios, para todo, yo crecía en el catolicismo, por tradición y costumbre, pero no por conocimiento ni por convicción, yo siempre le preguntaba a mis papás que porqué para pedirle a Dios le tenía que pedir a una estatua, a una imagen, a un molde hecho por el hombre, yo siempre les decía por favor díganme”.
Señala que un día un amigo lo invitó a conocer de la palabra de Dios y fue ahí en donde él encontró su respuesta, “En la biblia dice, que no adoraras imágenes, esculturas, que Dios es espíritu por medio del espíritu santo, que Jesús es el camino al padre y que Él nos ama”, menciona.
Fue ahí cuando la vida de Marco Antonio Rodríguez Moreno cambió por completo, pues señala que todas sus decisiones fueron tomadas por su fe en Dios, “A pesar de mis errores, de mis debilidades y de los pecados y de todo, siempre regresas a Dios, fue ahí cuando tuve una renovación sincera y diferente, y dije Dios te encontré, y de ahí en adelante decidí compartir mi fe y no la he negado”, comenta.
Señala que cuando él decidió esa conversión hacia Cristo pasaba por un momento muy delicado en su vida, pues lo médicos les habían dicho a él y a su esposa que no podrían tener hijos; sin embargo, su fe los mantuvo y al final lograron tener familia.
Desde el año de 1994 Marco Rodríguez se convirtió en pastor, profesión en la que hoy se encuentra activo y lleva el mensaje de Dios por todo el país y el mundo.
“A Dios siempre lo he invitado a mi vida, y en la cancha por supuesto que siempre estaba conmigo, muchas de mis decisiones fueron por cuestión de fe, dice la Biblia que yo no me avergüence de Dios porque Él no se avergonzará de mí, él ha sido muy bueno, 25 años me sostuvo en una carrera deportiva, pero no tanto por esta carrera deportiva, sino porque yo sé cuál es el destino que tiene para nuestra vida, cuando tengamos que irnos de la tierra”.