Es evidente que cada candidato del PRI ha leído diferente la ley, esa que hoy les prohíbe pedir el voto, es que les impide hacer eventos, pero a los ojos de los propios tricolores, algunos de sus compañeros se volvieron más papistas que el papa y han caído en la total inactividad, mientras que otros, con la ley en la mano y el abogado de cabecera no paran.
Así es mis queridos boes, algunos por cuestiones de trabajo tenemos chance de ver las campañas de varios de los, oficialmente precandidatos, priístas y notamos la enorme diferencia entre ellos, pues mientras unos tienen agenda llena todos los días, otros ni agenda llevan.
Alejandro Guevara Cobos y Miguel González Salum son seguramente los dos candidatos que están más movidos de los ocho que andan con el mismo propósito.
Ambos, uno en Victoria y anexas y el otro en Mante y el resto de los 17 municipios que componen su distrito, tienen agendados desayunos desde las 8 de la mañana, luego de haber hecho ejercicio, muchas veces con empresarios, operadores, su equipo de campaña o periodistas y le siguen con actividades en privado, que no privadas, hasta la media noche.
Almuerzos, comidas, cenas, cafés, cumpleaños, bautizos, carnes asadas y demás, el chiste es que los dos no han parado.
Me dicen, sin verlo con mis propios ojos, que algo similar ocurre con Esdras Romero, aunque en menor medida.
El caso es que son precisamente esos distritos, los tres, en los que las mediciones que tiene el tricolor en su poder, donde sus candidatos están mejor posicionados que sus oponentes; en pocas palabras, esfuerzo y dedicación dan como resultado mayor probabilidad de triunfo.
Ya lo decía la semana pasada, en el resto de los distritos la cosa no pinta del todo bien para los aspirantes tricolores, según las mediciones, pero coincide con que es precisamente en esos distritos en los que los candidatos han leído que la ley les prohíbe siquiera hacer su vida cotidiana.
Los señores y señoras se han cuidado tanto que parece que no están en Tamaulipas, si salen a la calle lo hacen con la discreción de las estrellas de Hollywood.
Me platicaba uno de los operadores de una candidata (el PRI tiene 3 en Tamaulipas así es de que no lloren antes de tiempo, no saben a cuál me refiero) que al pedir la agenda de la señora, los más cercanos le indicaron que no se maneja con agenda, que se levanta y decide qué hacer.
Pero el tema abarca hasta a los alcaldes, por eso creo que el capitalino Alejandro Etienne anda de lado a lado de Tamaulipas con los cursos que les han dado abogados y expertos electorales, los fines de semana y en horarios fuera de chamba, para explicarles a los presidentes municipales qué no pueden y sobre todo qué si pueden hacer.
Porque estaba pasando lo mismo, los presidentes estaban completamente alejados de la talacha política, de la promoción de las bondades (alguna debe haber) de su trabajo, que dan la impresión de estar enojados con sus candidatos.
Y es que por ejemplo, no están ni siquiera impedidos de participar en eventos del partido fuera de los horarios de trabajo, ellos y los candidatos pueden asistir a festejos, ir como invitados a todo tipo de reuniones privadas o particulares.
Aquí habría que ver si no es demasiado tarde en algunos casos, donde los alcaldes ya se ganaron la etiqueta de ‘güevas’.
Sé que además de la capacitación de la que hablaba arriba, a los señores alcaldes les pidieron ya, ya, ya… bajarle a toda posibilidad de conflictos en sus municipios que pudieran hacerle ruidos a los candidatos; ahí también diría que a ver si la instrucción no llegó tarde, porque ya ven que hay por ahí algunos que parece que les dijeron todo lo contrario y traen varios avisperos alborotados al mismo tiempo.
Matamoros, pongan orden…
Hasta donde me la sé, en Matamoros aún no se logra sentar a todos los que son y a todos los que necesita el PRI para siquiera poder dar la pelea al grupo de Lety Salazar y su padre Ramiro Salazar, quien va contra Chuchín de la Garza por la diputación.
Y es que ahí también hay dos aspirantes a la gubernatura, Baltazar Hinojosa y Marco Antonio Bernal, lo que ha dificultado que se cierren filas ante la elección del 7 de junio.
Si bien, Balta es muy bien visto por la mayoría, hay muchos que le miran sello del pasado y no terminan por reconocer que es la figura que puede unificar el distrito para, insisto, de perdido dar la pelea.
Ahí, ni siquiera con el mismísimo Antonio Martínez Torres, que se supone es el operador más picudo, que recuperó Tampico hace casi dos años, que canta bien las rancheras, el PRI logra pintar.
Dicen los que están más tiempo en tierras de Rigo, que las reuniones siguen desangeladas y que el candidato no logra motivar a todos.
Insisto, habrá que apretar el paso, pero la declaración aquella de Balta cuando decía que si se gana será mérito único de Chuchín, me da mala espina, porque podría leerse al revés y entonces quedaría algo así como que: si pierde Chuchín a mí no me embarren.
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