CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Victoria, desde la década de los años 20, ha surcado el impactante azul de su cielo.
Fue don Magdaleno Aguilar y la sociedad victorense quienes impulsaron el servicio aéreo, primero como recreación y más tarde como medio de transporte.
La historia hace referencia de tres campos de aviación en la Ciudad, todos tienen sus anécdotas, hasta llegar al actual aeropuerto “Pedro José Méndez”, que aún cuando no se encuentra en los límites geográficos de Victoria, sino de Güémez, es considerado un aeropuerto local por su cercanía con la ciudad y por ser esta la capital y el destino más cercano de los visitantes que llegan en avión.
El profesor Antonio Alejandro Maldonado Guzmán, aseguraba que el primer campo de aviación estuvo a principios de los años 20 en el sector que más se conoció como “Las Originales Playas”, por la Escuela Normal de Educadoras.
Más tarde en La Loma, en los terrenos que hoy ocupa el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y la Universidad Autónoma de Tamaulipas. El espacio fue inaugurado por el gobernador Magdaleno Aguilar Castillo, el 5 de febrero de 1941 y el primer piloto en aterrizar en ese espacio fue don Marcilio Cavazos, precursor de la aviación en la localidad y tío de la contralora del Estado, Gilda Cavazos Lliteras y el oceanólogo Heberto Cavazos.
El Atlas de Ciudad Victoria, impreso en el año 2000 y que contó con la asesoría en historia del doctor Octavio Herrera, refiere que en este aeropuerto aterrizaban entre otros aviones el de la Junta Local de Caminos, que contó entre 1951 y 1956 con los servicios del capitán piloto aviador Defino Flores Blanco.
Agregan que Flores Blanco fue integrante del Escuadrón 201, un escuadrón que participó en la Segunda Guerra Mundial,defendiendo la bandera nacional.
El aeropuerto local se estableció primero como aeródromo y se conocía con el nombre de El Petaqueño, porque colindaba con un rancho del mismo nombre.
En 1942 se adquiere por American Airlines, que lo utilizaba como pista de emergencia en vuelos internacionales y hasta 1958, la pista de terracería fue cubierta con grava, se dice que por motivo de la visita a Victoria del candidato del Partido Revolucionario Institucional, Adolfo López Mateos.
Pero entre el año 1951 y 1957, año en que gobernó al Estado Horacio Terán Zozaya, voló la «Guajolota», era un modelo DHC6, un avión que volaba a baja velocidad y altura, cargaba de todo y operaba en pistas de terracería, tal como la que existía en Victoria, un avión que equivalía en el aire al monte de “guajolotero”, como ocurría con el transporte terrestre. Un viaje hasta el Distrito Federal entonces, era de doce horas, no había autobuses directos y de Victoria se compraba solamente un boleto de asiento intermedio, que resultaba una verdadera incomodidad para el pasajero, sin embargo, todo valía la pena por disfrutar unos días en la capital del país.
Y soportar el verdadero impacto de las turbulencias algunas horas, era lo de menos.




