CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Si Correcaminos calificó hace exactamente una semana a la liguilla -y de forma por demás dramática- alguien debió recordárselo a Ricardo Cadena.
El equipo de la UAT cayó en la ida de los cuartos de final en casa propia por marcador de 1-2 ante Lobos BUAP y el domingo a partir de las 17:00 horas intentará remontar un marcador en que de debe ganar y con una mayor diferencia de goles por la que perdió en casa, pues así lo marca la regla.
Goles de Héctor Morales y Cristian Martínez al ’47 y ’69 sellaron la victoria de los poblanos, mientras que con un tanto de tiro libre de Juan Pablo Orozco al ’56, los naranjas aún tenían esperanzas.
LAS ACCIONES
El Marte R. Gómez por primera vez en lo que va del año registró una buena entrada, pues en apariencia había casi diez mil espectadores en el septuagenario inmueble, pero las cifras oficiales afirmaron que apenas rebasaban los cinco mil.
La afición fiel a su costumbre, se entregó de forma irrestricta a los dirigidos por Cadena, pero fueron precisamente ellos quienes se encargaron de poner a la gente en su contra.
Con una formación que plantaba al equipo de la UAT todo metido en su propio campo y dejaba únicamente a Eddie Hernández y Nicolás Saucedo peleando los balones después del Ecuador de la cancha, la afición recriminó la medrosa postura del equipo local.
Lobos dio los espacios en el arranque del juego para un Correcaminos que parecía propositivo, pero justamente en base a contragolpes donde Eddie Hernández y Nicolás Saucedo lucieron faltos de precisión en extremo, pues incluso, en una donde el hondureño quedó mano a mano con el portero Yahir Urbina, mandó una diagonal retrasada a donde nadie llegaba, por lo que la defensa sacó sin problemas.
Al ’25, Saucedo hizo que Urbina se vistiera de héroe pues el cancerbero lobezno salió a achicar a tiempo y se quedó con las ganas del gol.
Después de esto Lobos se engrandeció, pues la postura fue totalmente a la defensiva; Alvarado, que pasó de ser un volante por izquierda, cumplía funciones como un contención más y a veces hasta de tercer delantero, terminó empalmado con Orozco que parecía fundido pues inmóvil veía cómo los rivales le tocaban el balón a un metro de distancia, su acompañante de primer fila fue Gerardo Moreno.
A punto de concluir la primer mitad, Pinto salvó la meta cuando Quintero disparó cruzado en un tiro que llevaba etiqueta de gol.
Para la complementaria los Lobos salieron con el mismo entusiasmo y Correcaminos, seguía en la misma, conforme con no perder.
Miguel Pinto cortó un balón que no pudo controlar y en la búsqueda de apoderarse del mismo descobijó la meta, pero Héctor Morales ya tenía medido el esférico y con tiro raso la mandó guardar, era el 0-1 al ’47.
Fue hasta entonces cuando Correcaminos recordó que esto es de goles y empezó a soltarse en el campo.
Ocampo sufrió falta en el tercer cuarto del terreno de juego al ’56 y Juan Pablo Orozco fue el encargado de cobrar y facturar el empate con un tiro que Urbina ni siquiera vio, hasta que el balón meció las redes al incrustarse en el ángulo superior derecho de su meta.
La afición se emocionó, pero Correcaminos parecía otra vez tranquilo por no ir perdiendo.
Valiño y Cadena empezaron con los movimientos y por la visita entró Martínez Borja, quien pronto se hizo presente en el marcador al recibir balón filtrado de Quintero y la floja marca de la zaga le permitió sacar disparo que fusiló a Pinto para el 1-2 definitivo.
Con el ingreso de Julio Gómez, David Cortés y López Mondragón, que muy poco jugaron en el torneo, Ricardo Cadena intentó cambiar algo, pero lo único que consiguió es que su equipo jugara a mandar balones al área en un acto más de desesperación que de conciencia.
Así, se finiquitó el juego de ida que sirve como preámbulo, a los que quizá sean los últimos 90 minutos de Correcaminos en el Clausura 2015, que sellarían la estancia récord de un equipo en la segunda división mexicana: 20 años de ser de segunda.