Uno de los problemas del viejo PRI que no ha logrado ser erradicado es el de los ofrecimientos de decenas de miles de votos que acostumbran prometer los representantes de los sectores del partido en los periodos electorales.
En algunos municipios, caso concreto el de Tampico, por ejemplo, llegó a tal grado este tipo de ofertas formuladas durante las campañas proselitistas que, si se contabilizaban los sufragios que aseguraban que llevarían los dirigentes de los sectores y organizaciones a los candidatos, a menudo duplicaban la lista del padrón de militantes, pero sin que estos llegaran nunca a las urnas.
Tocamos el tema a propósito de la afirmación que el coordinador del Movimiento Territorial, Juan Manzur Oudié, hizo recientemente en el sentido de que el MT llevará 15 mil sufragios a la cuenta de la candidata del PRI a diputada del VIII distrito electoral, Juan Manzur Oudié, el próximo 7 de junio, y porque cuentas alegres como esa no sirven para nada como no sea estimular el optimismo de los ingenuos.
El respaldo incondicional que el sector obrero ofreció ayer a la abanderada tricolor también es válido y debe de agradecerse pero tiene que ser tomado con la reservas del caso, porque la experiencia ha demostrado que de los otrora poderosos sindicatos que conforman la CTM de los años de Fidel Velázquez Sánchez sólo queda el recuerdo y ha quedado científicamente comprobado que en nuestros días el sector se ha convertido en un membrete.
La realidad es que, bajo las nuevas circunstancias de competencia política, en las que el llamado voto corporativo es una especie en extinción, la estructura formal del Revolucionario Institucional no tiene mucho que aportar, porque, a diferencia del pasado, ahora el triunfo de los candidatos priístas depende fundamentalmente del trabajo político que estos realizan durante los recorridos callejeros, las visitas domiciliarias y las reuniones con los ciudadanos de la sociedad civil.
Quizá organismos, como el de las de mujeres, contribuyan con sumas importantes de simpatizantes, pero de la CNOP y de la CTM, ya no debe de esperarse mucho. En los días de gloria de hegemonía política tricolor podían hacer cualquier cosa, en la actualidad, no obstante, cuando cada voto tiene que lograrse a base de convencer a los electores con propuestas y compromisos viables, eso ya no es posible y con tal de que no ahuyenten a los electores sería suficiente.
Desafortunadamente para la causa de los priístas de los distritos electorales de TampicoyMadero, laCNCosectorcampesino no existe y el llamado voto verde que, a pesar de las recurrentes promesas incumplidas de que ha sido víctima, sigue siendo leal al PRI, le va a ser de mucha utilidad a Alejandro Guevara Cobos, en el del Mante, y a Miguel González Salum, en el de Victoria, pero aquí no tiene la manera de ayudar a sacar el triunfo del ex partido oficial.
En la urbe petrolera, por cierto, los representantes del sector Empresarial presentaron ayer un pliego de peticiones a Esdras Romero Vega. Durante una reunión que sostuvieron con el aspirante a diputado, le pidieron que, si el pueblo lo lleva al palacio legislativo de San Lázaro, impulse la conectividad regional con vías como la carretera Tuxpan-Tampico, ayude al rescate de los fondos metropolitanos, a ejecutar el proyecto acuario de la playa de Miramar y a pugnar por hacer más competitivas las tarifas de agua potable.
A diferencia de Esdras, la panista y principal contrincante del abanderado del PRI, Silvia Cacho Tamez, le ha apostado todo al hartazgo social y al eventual voto de castigo generado por los problemas económicos y la inseguridad.
Lo que parece que se le ha olvidado la activista de Altamira es que el voto de castigo no va a afectar sólo al PRI sino también al PAN, especialmente a causa de la guerrita que el presidente Felipe Calderón Hinojosa emprendió contra la delincuencia, sin estar preparado para llevarla a cabo, que ahora tiene metido al país en un brete al que aún no se le encuentra salida.
Los que, por otra parte, están teniendo poco éxito en la demanda del respaldo popular son los candidatos del Partido Nueva Alianza del VII distrito, Martha Flores Reyes, y del VIII, José Luis Palomares Galván.
Cuando la fundadora y mandamás del organismo políticol, Elba Esther Gordillo Morales, dirigía el gremio magisterial, la mayoría de los maestros y trabajadores de la educación acataba sus órdenes sin peros, ahora, sin embargo, al PANAL se encuentra tan disminuido que a nadie extrañaría que en los comicios que están a la vista se viera en aprietos, incluso para conservar el registro.
Los de MORENA, María Guadalupe Covarrubias Cervantes y Gerardo Ferrétiz De León, en cambio, confían en que el descrédito que afecta al PRD, tanto a nivel nacional como en Tamaulipas, les ayudará a obtener el apoyo de al menos la mitad de los perredistas tamaulipecos.