«Yo soy de fulano partido porque mi papá y mi mamá han sido siempre de ese partido y sea cual sea sus propuestas, nosotros vamos a apoyarlo», escuchamos hoy decir el día de a un joven de 22 años aproximadamente, persona que cursa la universidad aquí en Matamoros.
Y esto no nos escandalizaría si realmente lo que dice este joven es por convicción propia, producto de una militancia social o de su poca o mucha experiencia en el trabajo político dentro de la sociedad.
Definitivamente si fuera así, pues no tendríamos cara para poder refutarlo, pero cuando es simplemente una posición surgida por una cuestión automática, sin mayor análisis que el interés que le siga llegando alguna apoyo en despensa y que se les siga incluyendo en la nomina del partido o del municipio.
Desgraciadamente hay un gran porcentaje de electores jóvenes, y adultas que igual se manifiestan, siendo «clientes» de un partido más que miembros conscientes de los mismos, que tengan una capacidad critica para lo que necesita su país para mejorar sus propias condiciones de vida.
Por un lado, aquí vemos de nuevo las fallas que han tenido los institutos políticos en educar realmente a sus militantes, decirles el porque de sus programas y sus plataformas políticas, luego de hablarles, exponerles y explicarles el porque toman esas posiciones.
Pero también cabe señalar que la cultura política democrática se funda en lo arraigado que este en la conciencia colectiva a través de la educación cívica, la cual ha fenecido desde hace mucho incluso dentro de los contenidos de los libros de texto, y desgraciadamente hasta el momento hemos visto solamente al ciudadano que se mueve si le conviene lo que le ofertan los partidos, no en lo programático o en lo ideológico, sino en vasos, calcomanías, camisetas, afiches favores o cantidades de dinero en efectivo.
Este clientelismo electoral que revive en cada proceso se distingue por tener varias modalidades como la coacción y compra del voto y condicionamiento de programas sociales, entre otras, encarece las campañas y altera las condiciones de equidad.
El clientelismo es uno de los principales vicios que fomenta la entrada de dinero ilegal a las campañas, lo cual al parecer, ahora se quiere combatir con la reforma electoral vigente.
El clientelismo electoral es el reparto de favores, bienes materiales, servicios o dinero a cambio de votos y/o apoyo político.
La coacción y compra del voto en particular ha sido un tema recurrente de litigio electoral en México.
La coacción del voto ocurre cuando el intercambio entre votantes y candidatos se realiza a través de amenazas, chantajes, fuerza o violencia.
La compra del voto ocurre cuando este intercambio es voluntario. Por lo tanto, la coacción y compra del voto son dos tipos de clientelismo electoral, que por definición ocurren durante campañas electorales y con frecuencia implican la utilización de recursos públicos con fines privados.
La principal consecuencia del clientelismo electoral es que puede alterar ilegalmente el resultado de una elección.
Esto sólo es posible a través de la afectación de la voluntad de cientos, miles o millones de votantes, que opten por “vender” su voto a cambio de bienes materiales, servicios o dinero.
Una consecuencia real y directa es que el clientelismo electoral en sus diversas manifestaciones requiere sumas cuantiosas de dinero en efectivo.
Desgraciadamente en un país donde la corrupción esta arraigada en diversos sectores y hace presencia no solo en autoridades de gobierno sino a todos los niveles sociales, se requiere de una recomposición a fondo del sistema democrático vigente, que además de castigar este tipo de acciones, eduque a las grandes masas electores y le haga claridad de la necesidad de una nueva cultura política… pero usted… ¿Cómo ve?
La ojeadita…
Cero y van cuatro demandas en contra de Acción Nacional y el gobierno municipal de Matamoros por diversas violaciones a la ley electoral… ¿Se convertirán en gritos en el desierto las demandas realizadas formalmente?… confianza e la ley pidieron, pero ahora la autoridad electoral tiene la palabra…