5 diciembre, 2025

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Debates distritales: ¿Una utopia?

De Reojo

El debate, un ejercicio que es un elemento imprescindible de realizarse durante cualquier proceso democrático de elección de representantes político, aunque al parece aún se trata de una utopia porque es difícilmente vista por los mexicanos, sobretodo cuando hablamos de los que nos pretenden representar en la Cámara de Diputados.

Aquí cabe cuestionar si las fuerzas políticas en nuestro país tienen la suficiente madurez para afrontar una discusión donde se confronten ideas, posiciones programáticas y proyectos políticos que beneficien a la sociedad y la enriquezcan con conceptos nuevos y que puedan ser viables de aplicarse a nuestra realidad social.

Además si los propuestos también tienen la suficiente formación política, como para sostener un dialogo abierto con las ideas de otros.

A caso en un esquema democrático, las fuerzas que participarían en el debate no tienen la madurez como para aguantar el señalamiento lacerante y la critica sarcástica de los contendientes.

Dicen nuestras propias leyes que un debate debe ser sin malas palabras, ni adjetivos que ofendan a los participantes, pero acaso estos conceptos si se llegaran a dar en un contendiente, analizándolo, solamente reflejará una posición intransigente e intolerante ante la posición de los demás, lo que a su vez sería un indicio del grado de desarrollo de nuestros «nuevos políticos».

Hay que dejar claro que durante un debate cada candidato lo va a aprovechar para lo que le convenga, con el objetivo, según la visión de cada participante, de convencer y atraer a mayor porcentaje de electorado posible a su causa, utilizando para ello el derecho constitucional a la libre expresión.

Independientemente de que pueda ser aprovechado para las descalificaciones, el debate es positivo entre los candidatos a la Diputación Federal, porque es un ejercicio fructífero para la ciudadanía.

La importancia del debate es que permitirá a los ciudadanos conozcan la plataforma político electoral de los diversos contendientes y su capacidad para discernir públicamente, defendiendo posiciones en una tribuna con argumentos, y en base en ello, analicen y razonen el voto.

Pero curiosamente cuando falta el equilibrio político entre ellos, esta ultima premisa pasa a un segundo plano y se interpone el interés político, olvidando al ciudadano y viendo la rentabilidad política de exponerse ante el publico discutiendo con organizaciones que incluso se menosprecian con el argumento «porque hemos de hacerle el caldo gordo a los candidatos más débiles».

Esa sería la explicación de una virtual negativa a participar en este ejercicio, pero lo cierto es que no todos los actores tienen la capacidad de debatir y prefieren guardar ese «secreto» y evitar exhibiese en publico.

La cultura del debate es una necesidad contemporánea para cualquier país democrático y que la decisión de mandar a quien sea al congreso a la larga será en detrimento de nuestro propio interés ciudadano.

La sociedad mexicana actual ya no puede tener en la cámara zánganos levanta dedos y gente que solamente asiste con el afán de seguir enriqueciendo o mantener una posición de poder en su rancho… se requiere gente comprometida con las demandas populares y que sea capaz de defender el interés público como propio y sea capaz de discrepar con actos de autoridad sin freno alguno… esos legisladores queremos y no los maniquíes en que se han transformado la mayoría… pero usted… ¿Cómo ve?

La ojeadita…

Hoy día del Internacional del Trabajo y se espera una playa llena… ahí les informamos… y con campaña política…

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