Lamento mucho el desconocimiento sobre geografía política del país que parece sufrir el Presidente Enrique Peña Nieto.
Pero lamento aún más, mucho más, la subcultura de mis compatriotas, que centralizan su atención en los dislates dialécticos, gramaticales y semánticos del Ejecutivo federal, a los cuales éste es tan propenso como se ha advertido a lo largo de su polémica administración.
El más reciente caso, el protagonizado por Peña en los límites de Guanajuato y Jalisco, es una muestra de lo que los mexicanos valoramos como importante y cómo olvidamos lo que en verdad cala en la economía y en el desarrollo del país.
Estoy seguro que millones se regocijaron y redujeron a Peña Nieto a un montón de desechos, después de escuchar en las famosas redes sociales lo que él mismo definió como “trabalenguas”, cuyo saldo fue la insólita “creación”, en palabras del mandatario, de dos nuevos estados: Lagos de Moreno y León.
Sí, tienen razón quienes opinan que el Presidente muestra un deplorable raquitismo cultural. No hay defensa posible ante los hechos.
Pero deplorable es también que prestemos toda nuestra atención a los trompicones verbales presidenciales y olvidemos casi por completo el escenario en que se dio el enésimo equívoco peñista.
Le diré el porqué de esta opinión.
Por años, fui un usuario frecuente de la carretera que une precisamente a Lagos de Moreno, Jalisco, con León, Guanajuato. Eran, recuerdo, 28 kilómetros que ahora con la autopista se redujeron a 21, de un verdadero calvario. Para quien no conociera esa vía resultaba inexplicable que esa distancia, angosta como camino vecinal y repleta de pequeñas poblaciones, se cubriera hasta en una hora y cuando se registraba un accidente, que era común, hasta dos o tres horas. Sí, en 28 kilómetros, hoy 21.
Por décadas, el clamor de comerciantes, habitantes de la zona, industriales y productores agrícolas fue una voz en el desierto. A nadie parecía importarle que se perdieran cientos de millones de pesos al año, que no se viviera un real progreso de la región y hasta que se perdieran vidas por las colisiones y atropellamientos. Ir de León a Lagos o viceversa era algo así como lanzar una moneda al aire y esperar que la suerte favoreciera a conductores y carga.
Cifras como los 528 millones de pesos que costó transformar esa virtual cinta de zapatos en una autopista de cuatro carriles con acotamientos aparte, como los 15 mil 400 vehículos que en promedio circulan por ella, como el millón y medio de residentes de esas localidades que se benefician con la nueva carretera o los 15 minutos en que se recorrerán esos 21 kilómetros, son, por desgracia para muchos, tonterías. Vamos, lo que importa es pitorrearse del Presidente.
Su servidor, que ahora visita esa región en forma esporádica, le envía a Enrique Peña Nieto un testimonio de gratitud por esa obra. No sólo por las ocasiones en que recorreré esa ruta con seguridad y rapidez en próximas ocasiones, sino por la economía de todos los que se sirven de la misma y ven en ella un impulso hacia una mayor prosperidad.
¿Que el Presidente confunde nombres de municipios con Estados?
¿Que el Presidente no acostumbra leer libros?
¿Que el Presidente se atora en discursos si algo le cambia el guión?
Me importa un cacahuate. Prefiero mil veces a un subproducto cultural que haga algo por nuestro país, que a alguna de esas eminencias grises que lo critican tanto y sólo sirven para medrar en presupuestos y lucirse en escenarios con relumbrantes reflectores, sin aportar más que su amargura.
Ojalá siga adelante con esas obras, ojalá que pueda concretar, hasta la última ley secundaria, las reformas estructurales. Si mi país, mi Estado y el municipio en donde vivo avanzan, ya puede decir que el Distrito Federal es un país o que Leonardo Da Vinci fue un notable gobernante.
¿TRABAJO?
Hoy debería haber dedicado unas líneas a la celebración del Día del Trabajo, pero paradójicamente, no me dieron ganas de trabajar con ese tema, aprovechado sólo por líderes sindicales venales y depredadores disfrazados de redentores.
¿Para qué perder el tiempo, si hoy nadie trabaja?…