19 diciembre, 2025

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No convencen, independientes

Enroque

Pese a la oportunidad que representa disputar las diputaciones federales en un escenario de abierto rechazo a los partidos políticos, los candidatos independientes a diputados federales de Tamaulipas no han aprovechado como debiera esa opción para acceder al palacio legislativo de San Lázaro.

En contraste con lo que ha sucedido en el Estado de Nuevo León, en donde el abanderado ciudadano, Jaime Rodríguez Calderón, alias el Bronco, está la cabeza de las preferencias electorales, arriba de la priista Ivonne Liliana Álvarez García y del panista Felipe de Jesús Cantú, en esta entidad los independentistas no han logrado pelear al tú por tú al PRI y al PAN las preferencias de los votantes.

La perredista Diana Chavira Martínez, que disputa por esa vía la curul de Nuevo Laredo, y Jorge Rentería Campos, la de Matamoros, son los aspirantes sin partido que más interés han despertado entre los electores de aquellos distritos electorales. La primera por que fue impugnada por el PAN, con el argumento de que era militante del PRD, pero que Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, rechazó porque carecía de fundamento.

El segundo, a causa de la intensa campaña realizada en el IV distrito cuya cabecera es gobernada por la panista Leticia Salazar Vázquez, que ha sido tan significativa que hasta los representantes de los sectores productivos del puerto de Matamoros, caso concreto de la Canaco, se han visto obligados a reunirse con el contendiente para escuchar sus propuestas y al mismo tiempo formularle algunas sugerencias y peticiones.

El candidato del VII distrito de ciudad Madero, Manuel Heriberto Santillán Martínez, en cambio, tuvo un arranque fuerte que impactó a los votantes, sin embargo, no se sabe si por falta de dinero o porque no ha sabido o no ha podido utilizar la estrategia adecuada, no ha logrado convencer todavía a los electores apartidistas que representa una buena alternativa para ocupar un asiento del poder legislativo federal y se ha quedado rezagado.

Aun así, los candidatos apartidistas han tenido un importante aceptación, principalmente entre los electores de la clase media que están desencantados con la actuación y desempeño de los partidos mayoritarios, el PRI, el PAN y el Partido de la Revolución Democrática.

Y seguramente obtendrán una votación superior a la estimada. El motivo, que la comunidad parece determinada a demostrar a través del derecho del sufragio que no está de acuerdo con la partidocracia.

Este sentimiento hace suponer que en la sucesión política estatal del 2016 habrá por lo menos uno o dos candidatos independientes al puesto de Egidio Torre Cantú, así como otros interesados en pelear las alcaldías y diputaciones locales con la camiseta sin colores, si, como se ha adelantado, el Congreso tamaulipeco le da cabida a esta figura política en la reforma electoral que habrá de ser aprobada a más tardar el próximo 31 de mayo.

La sociedad espera igualmente que, como exigen la mayoría de los electores, los legisladores suavicen los rigoristas requisitos que los miembros del Congreso de la Unión impusieron a las candidaturas autárquicas o libres, obviamente para impedir que estos vayan a desplazar a los partidos políticos en la lucha por los puestos de elección popular.

Los electores apartidistas necesitan de alternativas, no únicamente para ocupar cargos de gobierno, sino también para presionar a los representantes de las distintas organizaciones políticas registradas a que defiendan los intereses de la población, no los de las agrupaciones a las que pertenecen, como sucede en la actualidad. La competencia política, como ocurre en la actividad comercial, obligará a los funcionarios que llegaron al gobierno como miembro de algún partido político a hacer mejor su trabajo y los ciudadanos tendrán a la mano el voto de castigo para cobrarles la factura a aquellos que se desentendieron de los compromisos contraídos a lo largo de los recorridos proselitistas. En asuntos de otra índole, el escándalo de corrupción de la constructora española OHL provocó ya la caída del ejecutivo de la empresa en México, Pablo Walletin, por las presuntas irregularidades de la magna obra del viaducto Bicentenario del Estado de México?
¿Cuántos funcionarios del gobierno involucrados en la componenda correrán la misma suerte? No se tiene idea. O ¿sucederá, acaso, algo similar a lo ocurrido con la línea dorada del Sistema de Transporte Colectivo Metro del Distrito Federal, en la que no se han encontrado todavía responsables?

No sería extraño. Como dice el dicho, en México nunca pasa nada y cuando pasa, tampoco pasa nada.

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