MÉXICO, D.F.- El Congreso de Nebraska marcó ayer un hito en Estados Unidos.
Se convirtió en el decimonoveno estado en derogar la pena de muerte, pese a ser una de las entidades más religiosas, conservadoras y con mayor afinidad al Partido Republicano, de acuerdo con el Pew Research Center.
La medida pasó después de que el Senado estatal invalidara el veto del Gobernador Pete Ricketts.
“Significa una gran victoria para nosotros. Nebraska está resucitando hacia un destino diferente”, indicó a REFORMA Sergio Sosa, director ejecutivo del Centro Laboral Heartland, uno de los grupos que impulsó la derogación.
El cambio legislativo no absolvería de forma retroactiva a los condenados a pena de muerte, pero removería el respaldo legal al estado para aplicar la inyección letal.
Uno de los beneficiados es el mexicano Jorge Galindo, condenado desde hace casi 11 años por la muerte de cinco personas durante un asalto bancario.
La Cancillería mexicana aplaudió la decisión de la Legislatura de Nebraska.
“(Galindo) ya planea la estrategia a seguir con su abogado”, dijo ayer a REFORMA Euclides del Moral, de protección a mexicanos en el exterior.