CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- El proceso electoral de 2016 en Tamaulipas será inédito.
La entidad enfrentará un marco legal más demandante y severamente acotado, con un renovado Instituto Estatal Electoral cuyo Consejo General debe ser sancionado por el Instituto Nacional Electoral y con un Tribunal del mismo ámbito al cual el Senado de la República debe darle “el visto bueno”.
Los ejemplos de “candados” para candidatos y partidos en ese año menudean en muy diversos aspectos, aunque en el tema de los topes de campaña que el Ietam debe fijar el próximo mes de noviembre, no serán inéditos, pues el mecanismo para fijarlos no varió, por lo que seguramente será el Tribunal Electoral Federal el que los fije por tercera elección consecutiva.
Estos topes deberán aproximarse a los 72 millones de pesos aprobados en 2010 para las elecciones de Gobernador, y de dos a cuatro millones para las candidaturas a diputados de distrito, así como de 156 mil pesos a 14 millones, dependiendo si son para San Nicolás o para Reynosa.
En uno de los rubros más radicales orientados a otorgar más equidad al proceso, los gastos de campaña que excedan más del cinco por ciento es una de las causales de nulidad para la elección, además de que ningún candidato puede contratar cobertura ni en medios electrónicos ni en prensa y las normas de fiscalización son las mismas que rigieron el proceso federal del pasado 7 de junio.
El pasado 12 de junio, apenas cinco días después de la jornada comicial para elegir diputados federales, el Congreso de Tamaulipas sacó por virtual unanimidad las reformas a 20 artículos de la Constitución Política de Tamaulipas en ocho leyes estatales y emitió la nueva Ley Electoral para el Estado, que sustituye al Código Electoral.
Sin embargo, la ley aprieta pero no ahorca. Aunque se reduzcan en una tercera parte los topes de campaña que el Ietam debe fijar el próximo mes de noviembre, para las campañas a los ayuntamientos más poblados de Tamaulipas aún serán exageradamente altas, de alrededor de 15 millones de pesos (en 2013 fueron de 21.5 millones) lo que también puede terminar definiéndose primero en el nuevo Tribunal Electoral de Tamaulipas y posteriormente en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
FRENTE A FRENTE
Las diferencias prosiguen
En 2016, el órgano electoral no solamente tendrá la obligación de vigilar el gasto y sumar al gasto de campaña todas las aportaciones que en dinero y especie reciban los candidatos, como los vehículos y choferes prestados, así como las camisetas regaladas; también deberá organizar forzosamente un mínimo de dos debates entre los aspirantes a gobernadores, hecho que deberá replicarse en la mayor parte de los distritos y ayuntamientos.
El marco electoral aún podría sufrir algunos ajustes, debido a que el Partido Acción Nacional ha dejado entrever que muy seguramente iniciará una controversia constitucional contra el hecho de que los partidos puedan tener acceso a un primer diputado plurinominal o un regidor de representación proporcional con el 1.5 por ciento de la votación, pues esto confronta los cambios en la Constitución General.
El 3 y el 2
También bajo el llamado «efecto Lagrimita», existe la posibilidad de que algún aspirante inicie un Juicio de los Derechos Ciudadanos, en contra del margen mínimo del tres por ciento del padrón de la elección en la que se quiera participar, incluido en la nueva Ley Electoral estatal, pues en la Constitución general el margen es del dos por ciento.
En las pasadas elecciones generarles en Jalisco, empatadas con las federales, Guillermo Cienfuegos, conocido como el payaso “Lagrimita”, impugnó el margen del dos por ciento de firmas y finalmente con ese recurso logró que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación revocara la sentencia y acuerdo tomados por las autoridades electorales jaliscienses para evitar su registro.
También se espera que Acción Nacional, ya como parte del Proceso Electoral impugnen el hecho de que solamente las elecciones para ayuntamientos estén empatadas con las elecciones federales y que se haya decidido que solamente podrá haber una reelección consecutiva para presidente municipal y diputado local de mayoría, aunque el pronóstico es que estas demandas no prosperarán más allá de lo mediático.
SIN COLORES NI BANDERAS
En las boletas electorales del 2016 podrá haber candidatos independientes y candidaturas comunes, además habrá equidad de género en las candidaturas, alcaldes y diputados que se podrán reelegir de manera consecutiva sólo por un periodo más.
Lo anterior luego de ser aprobada la Nueva Ley Electoral en la que se consideraron las propuestas de los legisladores de todos los partidos políticos, representados en el Poder Legislativo y las opiniones ciudadanas.
El efecto «Bronco» hizo que los partidos políticos en Tamaulipas subieran la barrera para el registro de las candidaturas independientes, del dos por ciento que tienen las diputaciones de mayoría en el ámbito federal al tres por ciento de la lista nominal de electores de la demarcación territorial que corresponda.
En la legislación electoral secundaria se define a quienes adquieren el estatus de ciudadano, a fin de que participen activamente en los asuntos públicos de la sociedad a la que pertenecen.
Señalan que el derecho político del ciudadano de participar en los asuntos públicos implica el deber del Estado de establecer y perfeccionar constantemente los mecanismos y procedimientos de dicha participación.
Los legisladores de las distintas fuerzas políticas consideraron oportuno, para la expedición de la legislación secundaria en materia de candidaturas independientes, iniciativas ciudadanas y consultas populares, esperar a que se concluya la reforma a la legislación federal en materia político electoral a efecto de armonizar con ella a la legislación estatal.
¿EL ÚLTIMO CARRO COMPLETO?
El ‘8 de 8’ de este año es muy distinto a las cifras arrojadas del proceso electoral de 2012, cuando el priismo sufrió la más severa derrota en las urnas de la Entidad.
Tres años después, la historia es muy distinta y la algarabía del priismo es evidente con el más nutrido grupo de aspirantes en la memoria de una sucesión sexenal en la que un grueso mazo de cartas alzan la mano en pos de la candidatura a la gubernatura, así como a las de presidencias municipales y diputaciones locales en 2016. Están de fiesta.
Una vez más, queda claro que cada elección es distinta y que cada una se registra en contextos y circunstancias diferentes. La muestra concreta es la elección en la que se dispute la gubernatura de Tamaulipas el próximo año, que registrará factores y circunstancias nunca antes vividas en ese ejercicio cívico.
Algo parece previsible: el nivel de abstencionismo registrado en este año en las elecciones intermedias -—apenas el 46 por ciento del padrón— no será tan drástico, conforme marca la historia cercana en ese terreno, pero tampoco parece factible repetir la hazaña alcanzada en 2015. Posiblemente sea éste el último “carro completo” del Revolucionario Institucional en el Estado.
Hace 5 años, cuando el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ganó, en alianza con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), la gubernatura de Tamaulipas, obtuvo una votación histórica: 678 mil 410 sufragios, para lograr un porcentaje histórico de aceptación: el 61.5 de la votación total.
En esa ocasión, en 2010, los tamaulipecos salieron a votar en un ambiente inédito de violencia desmedida. Era el cuarto año del sangriento sexenio de Felipe Calderón.
Esa votación superó un récord establecido por el priismo 6 años antes, en 2004, cuando alcanzó la cifra de 621 mil 692 boletas cruzadas a favor de la propuesta tricolor. La diferencia se centró en dos aspectos: en 2004, el PRI asistió solo a la elección, sin alianzas.
La realidad actual del PRI es muy diferente y a la baja. De hecho, los votos alcanzados por el Revolucionario Institucional en la elección federal de hace 15 días se encuentran ligeramente por debajo de los sufragios que sumó el priismo en la elección de gobernador en 1998, aunque el padrón electoral de finales de los noventas era menor al que hoy registra Tamaulipas a mediados de la segunda década del siglo 21.
El PRI también registró menos votos en la elección federal intermedia 2015 con respecto a la intermedia federal de 2009, aunque la misma suerte o peor corre Acción Nacional, que después de su gesta del 2013 ahora se desplomó de manera estrepitosa.
LAS FUERZAS EMERGENTES
En la elección federal intermedia de 2009, el partido Movimiento Ciudadano tenía por nombre Convergencia. Hasta entonces, era común observarlo de aliado del Partido de la Revolución Democrática (PRD) tanto en elecciones locales como federales.
Pero en esa ocasión, el organismo naranja asistió solo a las urnas. Su votación fue raquítica: 6 mil 315 sufragios. Incluso, Convergencia estuvo por abajo del ahora desaparecido Social Demócrata (PSD) y del Partido del Trabajo (PT), que está a punto de desaparecer, según las estadísticas del Instituto Nacional Electoral (INE).
En 2015, las cosas cambiaron. Movimiento Ciudadano, por segunda elección consecutiva, alcanzó el tercer lugar de la competencia.
El motor del partido es, sin duda, Gustavo Cárdenas Gutiérrez, a la vez dirigente estatal y candidato que ha puesto en predicamentos al mismo PRI en las contiendas por la alcaldía de Ciudad Victoria, en 2013, y por la diputación federal del Quinto Distrito, con sede en la capital del estado.
De los 6 mil 315 sufragios obtenidos en 2009, Movimiento Ciudadano alcanzó ahora la cantidad de 77 mil 198 votos, que representa el 6.88 por ciento de la votación total.
Así, el partido naranja estuvo por encima de partidos como la Revolución Democrática, Verde Ecologista y Nueva Alianza, cuyas estructuras mantienen cifras más o menos constantes en los recientes procesos electorales federales intermedios.
Sumados los porcentajes electorales del PVEM y del PANAL en el proceso de 2015, que es 8.5 por ciento, alrededor de 96 mil sufragios, es una cifra que debe interesar al Revolucionario Institucional para establecer una alianza que vaya por el triunfo en la batalla por la gubernatura tamaulipeca del próximo año.
El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el partido fundado por Andrés Manuel López Obrador, alcanzó a nivel nacional un 8.3 por ciento de la votación total.
Ese porcentaje es muy superior al 3.5 por ciento que registró en Tamaulipas, traducidos en casi 40 mil sufragios, de los cuales 14 mil los obtuvo en los Distritos Siete y Ocho, que comprenden los municipios de Madero, Altamira, Aldama y Tampico, la región sur de la entidad.
Morena es una fuerza política que, seguramente, logrará una posición de mayor nivel en la lucha presidencial de 2018, pero que no se puede perder de vista en el proceso electoral tamaulipeco de 2016.




