Por meses, un peligroso delincuente tendió sus redes en el casco urbano dejando una estela de terror y violaciones que impactaron en la comunidad.
No se tiene noticia histórica de un violador en serie que asolara la región y que creara un cerco para la ejecución silenciosa de sus fechorías. Un hombre sumamente peligroso que con gran habilidad se desplaza desde los cuatro puntos cardinales en el primer cuadro de la ciudad creando a la vez un panorama de miedo entre las familias, porque el individuo robaba y violaba a sus víctimas, todas ellas mujeres sometidas a la humillación y al descaro sexual de este hombre que hoy está tras las rejas. He dicho que no se tiene noticia alguna en los anales policiacos de la ciudad, de un violador en serie en una cadena de violaciones que por las siete denuncias presentadas ante la autoridad correspondiente nos hablan de las grandes proporciones y el grado de peligrosidad de este delincuente sexual. Quiere decir esto, que tras esta estela de denuncias existen más casos de posibles violaciones del sádico.
Ha sido un episodio real de éxito policiaco, que tendieron una trampa bien organizada para atraparlo. Una pared que abarcaba 20 manzanas a la redonda en la cuadrícula de miedo y terror. Ahora está tras las rejas, pero hay que subrayar la valentía de estas mujeres que se atrevieron con un gran valor civil y de coraje ciudadano a denunciar los hechos. Su valiente actitud las hace merecedoras de un gran respeto y solidaridad ante este episodio de terror.
En los años cincuentas, sólo en nuestra ciudad un hombre fantasmal al que le apodamos «El Sádico», que todas las noches de luna creaba un imperio de miedo en casco urbano por el área del panteón municipal. Todos en los barrios centrales corríamos armados de palos y piedras tras el presunto «sádico», un montonal de jóvenes nosotros, que defendíamos nuestro inmaculado territorio. Era un etapa divertida, de perseguir a un fantasma o a un sádico de verdad. Lo cierto es que la solidaridad de barrio era un eslabón de seguridad y amor por nuestra gente. Aplaudimos ahora este éxito policiaco que merece el reconocimiento ciudadano y más a las mujeres que con gran sentido de honor y buen juicio hicieron las denuncias con gallardía y coraje.




