ATENAS, Grecia.- Los presidentes de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, del Banco Central Europeo, Mario Draghi y del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, así como la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, hablarán este viernes para valorar las propuestas helenas.
“Las tres instituciones están analizando estas propuestas para enviar su valoración al Eurogrupo antes de que termine el día”, indicó el Maragaritis Schinas, portavoz de la Comisión.
Esta valoración la harán Juncker, Draghi, Dijsselbloem y Lagarde en una conferencia telefónica.
Además, las medidas serán sometidas este viernes a la aprobación del Parlamento heleno.
Los diputados griegos se reúnen primero en comisión, antes de proceder a una votación en sesión plenaria, sin duda por la tarde o noche.
Tsipras tiene la dura tarea de convencer a la vez al ala izquierda de su partido Syriza, a los griegos que rechazaron en referendo las medidas que ahora propone, y a los propios acreedores del país.
Lo cual se suma a que los ministros de finanzas de la zona del euro se reunirán mañana sábado para analizar las nuevas reformas propuestas por Grecia, en la expectativa de lanzar las negociaciones para un tercer rescate y asegurar su plaza en la unión monetaria.
Si el Eurogrupo acepta las propuestas como base de negociación, la Unión Europea podría anular la cumbre de gobernantes convocada para el domingo, explicaron fuentes diplomáticas.
El plan elaborado por el Gobierno heleno de extrema izquierda es muy similar al que fue rechazado por 61 por ciento de los electores en el referendo del pasado domingo y plantea un ahorro de 13 mil millones de euros, 5 mil millones más de lo que exigían los prestamistas.
Entre las concesiones realizadas por el Primer Ministro griego, Alexis Tsipras, se incluyen la subida del IVA para restaurantes y catering de 13 a 23 por ciento y el fin del IVA reducido en 30 por ciento para las islas del mar Egeo, más ricas y con mayor afluencia de turistas, a partir de octubre.
También figura el fin de las pensiones suplementarias para la clase más desfavorecida a partir de 2019, en lugar de 2020, como quería el gobierno, y el aumento gradual de la edad de jubilación para 67 años, a completarse en 2022.
Tsipras acepta eliminar los subsidios al gasóleo para los agricultores, liberalizar algunas profesiones y relanzar las privatizaciones, incluyendo aeropuertos regionales y los principales puertos del país.
Por otra parte, insiste en mantener el IVA reducido para alimentos, medicamentos, energía, libros y teatro y limitar el recorte en los gastos de Defensa en 300 millones de euros en los próximos dos años, frente a los 400 millones de euros exigidos por los acreedores.
Asimismo, insiste en la reestructuración de la deuda helena, que se sitúa en 175 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
La medida ha sido contemplada por los líderes europeos por primera vez ayer, una señal de que un acuerdo es posible.
Por ahora, los mercados reaccionan positivamente.
Las principales bolsas europeas abrieron al alza y los rendimientos de la deuda de los países del sur de Europa bajaban.
En el campo de los conciliadores, el Presidente francés, François Hollande consideró las últimas propuestas de Atenas serias y creíbles, aunque admitió que nada está aún resuelto.
“Aún no hay resultado, pero existe una posibilidad de acuerdo, y debemos aprovechar esta posibilidad” dijo por su lado el Canciller austríaco, Werner Faymann.
Por su parte, el Jefe de Gobierno italiano, Matteo Renzi, se declaró más optimista.
En cambio Alemania no ha hecho comentarios, limitándose a decir que espera el veredicto de los acreedores (FMI, BCE, UE) para pronunciarse.
Pero, queda por ver la reacción ciudadana.
“El Gobierno debe hallar a toda costa un compromiso con sus socios europeos. No hemos votado ‘No’ para dejar la Eurozona”, afirmó un jubilado de Atenas, Nikos Eftekidis.
Pero otro jubilado, Giorgos, asegura que las propuestas del Gobierno son muy duras.
“Yo no me esperaba esto, y esto no es lo que los griegos votaron”, señaló.
Panagiotis Chatzichristos, un decorador que votó también ‘No’, matiza: “Si Tsipras consigue al menos una concesión de sus socios europeos sobre un alivio de la deuda, eso sí sería positivo”.