8 diciembre, 2025

8 diciembre, 2025

Dados cargados, no

Golpe a golpe

La inminente elección de Manlio Fabio Beltrones Rivera como presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) priista lleva a suponer, ligeramente, que será él quien decida la candidatura gubernamental de Tamaulipas; y por supuesto las de otras once entidades con miras al 2016.

Sin embargo la experiencia ha demostrado que no es el dirigente en turno quien resuelve unilateralmente la postulación; y menos cuando hay en la residencia oficial de Los Pinos un inquilino del mismo partido, amén de un gobernador (en el estado) con idéntica filiación ideológica.

Por ello la contienda interna, que inicia en septiembre próximo, sería más complicada para Marco Antonio Bernal Gutiérrez, pues desde ahora se le ubica como el personaje a vencer.
Esto gracias a su amistad con el sonorense.

Incluso, en el escenario aparece otra figura que reclamaría derechos por, según ha dicho, iguales motivos: Amira Gricelda Gómez Tueme.

Más lo que se acumulen esta semana.

De ahí que políticos como Enrique Cárdenas del Avellano desechen, a botepronto, la presunción de que habría dados cargados en el proceso selectivo, so pena de que entre en crisis la dirigencia
de Manlio Fabio, en lo que sería su prueba de fuego más importante.

El resto de aspirantes (priistas) a la candidatura gubernamental, aún no ha fijado posturas.

Patentemente me refiero a Baltazar Manuel Hinojosa Ochoa, Ramiro Ramos Salinas, Luis Alejandro Guevara Cobos, Alejandro Etienne Llano, Miguel Ángel González Salum y José Elías Leal, aunque haya quienes al rol suman a Antonio Martínez Torres.

Como fuere, lo cierto es que al Partido Revolucionario Institucional y por supuesto a Beltrones Rivera como al jefe del Ejecutivo estatal, Egidio Torre Cantú, las cosas no tendrían por qué complicárseles (para nominar candidato de unidad) si decidieran la postulación en base al resultado de una encuesta elaborada por profesionales.

Así todos los aspirantes estarían conformes y cohesionados.

Los adelantados

En las redes sociales, cotidianamente aparecen mensajes de dos priistas tamaulipecos radicados en la Ciudad de México, cuyo interés va más allá de informar sobre el ejercicio legislativo que actualmente desempeñan.

Uno es Marco Antonio Bernal Gutiérrez. Y el otro, Enrique Cárdenas del Avellano.

Ambos, aunque ellos y sus panegiristas aún no lo acepten, han sido, ya, seducidos por el canto de las sirenas y buscan se les tome en cuenta como prospectos al relevo sexenal, aunque, en el caso del más joven, sé que difícilmente aceptaría ser relegado, mientras el sexagenario querría madrugar en una tempranera carrera no avalada pero tampoco prohibida por el alto mando tricolor.

Incluso, Marco Antonio, como otrora no lo hiciera, ha dado en visitar frecuentemente Tamaulipas, tomándose fotos y saludando de mano, con abrazo, a los varones; y beso a las damas que se encuentra a su paso, o en las reuniones organizadas ex profeso.

Si Usted no es dado a visitar el facebook, google plus, pinterest, you tuve, twitter, linkedin o badoo, ni demás sitios similares, quizá tampoco le interese lo que ahí plasme (con letra e imagen) Bernal Gutiérrez, a fin de ganar notoriedad.

No obstante en los mentideros políticos se comenta que al tragón se le identifica plenamente por su forma de agarrar el taco y, que del plato a la boca, suele caerse la sopa.

Esto me hace recodar una vieja frase acuñada por el extinto cacique de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) –Fidel Velázquez Sánchez, en los tiempos en que sólo él estaba autorizado a ‘destapar’ al candidato presidencial priista–, que pronunció para congelar los ánimos de los acelerados.

Reza: “el que se mueve, no sale en la foto”.

Esa metáfora quiere decir que, para alcanzar un cargo destacado en política, hay que esperar el momento oportuno y no querer sobresalir por sí solos ni antes de tiempo.
Pero, como ese viejo zorro de la política ya está muerto –así podrían suponerlo Marco y Enrique–, quizá la advertencia resulte inválida.

¿Usted lo cree?
Yo tampoco.

Sin embargo, hay observadores que por la cercanía que tiene Marco con Manlio Fabio, aseveran que éste sería el candidato a gobernador; en tanto los amanuenses del diputado federal por el quinto distrito electoral, se desgañitan gritando que el PRI no tendría mejor opción que Enrique, si acaso quiere retener la posición.

De ahí que anden acelerados.

Pero no es bueno desbocarse sin haber iniciado aún el hándicap, en que habrán de medirse con otros ejemplares pura sangre.

Candidato de unidad
La Comisión Nacional de Procesos Internos difundió en tiempo y forma la convocatoria para elegir presidente y secretario general priistas. Y por su contenido se deduce que lleva dedicatoria en favor de Manlio Fabio Beltrones Rivera y su compañera de fórmula: Carolina Monroy del Mazo.

El mismo sonorense así lo deja entrever al hablar de su postulación, que, reveló, es bien vista por el señor de Los Pinos.

Hace días le comenté sobre el derecho que le asiste a Manlio de ser dirigente nacional por tratarse de un político institucional, disciplinado, de tiempo completo, sensible y experimentado, como lo confirma su rechazo a la candidatura presidencial en dos ocasiones.

Primero en 1994, tras el homicidio de Luis Donaldo Colosio Murrieta, proponiendo él mismo como sustituto a Ernesto Zedillo Ponce de León; y hacia el 2012, declinando para allanarle el camino a Enrique Peña Nieto.

También, otro par de veces, rehusó convertirse en dirigente nacional priista, por considerar que no eran sus tiempos.

Una fue hace poco más de 21 años, cuando gobernaba Sonora y no tuvo ánimos de figurar por la muerte de su paisano y amigo Luis Donaldo y, el segundo ofrecimiento, igual lo descartó (por no
interesarle sustituir a Roberto Madrazo Pintado en la presidencia partidista).

Sin embargo hoy está decidido a dirigir al tricolor, porque según dice “es un deseo natural de todo priista”.

El registro formal de Beltrones Rivera y la mexiquense, tendría lugar el próximo día 17 (acorde a lo establecido en la convocatoria), informa el aspirante, quien declara mantener una buena relación con el Presidente:

“Hemos coincidido que vayamos a buscar los apoyos necesarios. Y, en este sentido, buscaremos al dirigente actual, César Camacho Quiroz, para expresarle nuestro deseo de participar ordenadamente.

“Al presidente le comenté mi deseo de participar en la renovación de la dirigencia del partido, lo que fue bien recibido por él. Y generosamente me ha escuchado”.

La lectura
Conociendo la institucionalidad de Manlio Fabio, sé bien que difícilmente habría dado un paso de tal naturaleza sin tener la autorización de su jefe político.
Sobre todo cuando él sabe qué son la disciplina y la lealtad.

Dos virtudes que abrevó de su maestro: Fernando Gutiérrez Barrios.

La oferta
Hay quienes dan por descontado que al convertirse Beltrones Rivera en dirigente del CEN priista, su compromiso principal sería ganar todas las posiciones político-electorales a jugarse en el 2016, sin privilegiar grupos de interés ni anteponer intereses personales.

Por eso la aspiración de Marco Antonio debe sostenerse en hechos.

Él tiene la capacidad política para remontar en las mediciones que a la fecha se han levantado y, por si fuera poco, olfato y sensibilidad, como para dejarse engatusar por mesiánicos y dogmáticos.

Hasta hoy nada está decidido ni definido, pero de que Bernal es uno de los prospectos más perfilados a la candidatura gubernamental, así es.

Primero el informe

En los días más recientes mucho se ha especulado sobre la licencia que Alejandro Etienne Llano podría solicitar como alcalde de Victoria.

Y según dicen, para convertirse en delegado federal de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).

Hipotéticamente ahí tendría más espacio de placeo para su proyecto político inmediato, pero él se mantiene firme en su cargo al menos, claro, hasta el día tres de septiembre próximo cuando en el Teatro Juárez rinda su segundo informe de gobierno.

Regreso a clases
Mañana inician clases los estudiantes del nivel medio superior.

Y el lunes 24 los escolapios de educación básica, despertando un claro entusiasmo entre los miles de padres de familia, cuyos hijos por primera vez pisan un aula (como es el caso de los alumnos
de preprimaria y primaria), pero no para millones de tutores que han desembolsado importantes sumas de dinero exigidas por algunos directivos de educación básica y media superior, con el rollo de que sólo cubriendo la ‘cuota voluntaria’ es posible garantizar el acceso de sus retoños al nivel inmediato o proseguir su enseñanza.

Se lo comento porque hasta hoy incluso, no sé de institución alguna donde se haya atendido puntualmente lo plasmado en el artículo tercero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos –en cuanto a las instituciones públicas–, de brindar un servicio gratuito y laico.

Y sí, por el contrario, sé de casos en que los mentores han medrado tanto con la admisión de educandos como acostumbran hacerlo dentro el sistema educativo –que generosamente les paga por ejercer un servicio, aunque regularmente mediocre–, en claro detrimento del avance en esta materia.

La reglamentación oficial advierte que la enseñanza debe desligarse completamente de toda transacción comercial.

Sin embargo, fuera de toda institución privada –donde sí se contrata este servicio y quienes lo hacen saben perfectamente a qué se atienen–, en el sector público se da el caso de que hay directores de escuelas que suelen negarle la instrucción a quienes no pagan las cuotas ‘voluntarias’ o los ‘donativos’ que jamás registran las arcas gubernamentales.

Basta haber observado las largas filas que desde la madrugada, por varios días, hicieron miles de paterfamilias reclamando un lugar para sus hijos –y las que aún se hacen en búsqueda de la matrícula–, para mejor entender la problemática.

Por si fuera poco, igual basta ir cualquier institución –al menos aquí en Tamaulipas–, para darnos cuenta del negocio que se hace con los uniformes y útiles escolares y preguntar dónde se maquilan y quiénes los venden, para mejor entender el por qué se obliga a los educandos a la adquisición de su vestimenta diaria y enseres en negocios determinados.

Sospecho, sin embargo, que en el caso de Tamaulipas el secretario de Educación no está en el ‘enjuague’, pero sí creo pertinente que él se mantenga al cuidado de esta denuncia, pues a lo largo y ancho de toda la geografía estatal se registra el cobro indebido de ‘cuotas’ escolares, que son harto lesivas para la economía familiar.

Problemas de siempre
La Ley de Transporte del Estado de Tamaulipas permite a los particulares operar y prestar el servicio público vía concesión en las principales ciudades, sin que hasta el momento nadie logre meterlos en cintura para profesionalizar su quehacer cotidiano.

Estamos hablando de cerca de diez mil unidades entre taxis, autobuses, microbuses y minibuses, que diariamente trasportan a cientos de miles de pasajeros.

Aquí, en la entidad, el fenómeno empezó a crecer en la década de los 70as y de ahí en adelante no ha habido poder humano que le ponga remedio.

Han surgido organizaciones de trabajadores del volante, se han repartido las rutas, se han abierto otras más y se ha obligado a las autoridades a reconocer su presencia.

No obstante por la confrontación entre los mismos concesionarios que siempre han buscado el monopolio del transporte, existe la necesidad de renovar otra vez la ley en la materia para ordenar esta actividad y modernizarla en beneficio del usuario.

Al paso del tiempo se ha pretendido justificar la inoperancia de la reglamentación vigente, dado que casi el 50% de las unidades no han sido renovadas.
Entonces, ¿quién falla?

Los dueños del autotransporte se niegan a modernizar sus unidades hasta en tanto no les autoricen nuevos aumentos de tarifas –pero creo que ni aún permitiéndoselos (ellos) renovarían el parque vehicular–, y las autoridades simple y llanamente se limitan a reiterar que ya se está levantado un padrón confiable –eso lo he escuchado durante décadas–, a fin de obligar a los concesionarios a prestar un mejor servicio –también durante décadas lo he oído–, pero sólo para justificar su indolencia para enfrentar el problema.
Lo peor del caso es que el pueblo paga caro tanto desorden.

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