MÉXICO, D.F.- Un auditorio completamente lleno, silencio absoluto, un profesor exponiendo. Acto seguido gemidos y gritos de placer inundan la sala mientras que uno de los alumnos con grandes audífonos puestos no despega la mirada de su computadora.
Así es, el cable de los audífonos, estaba prácticamente desconectado y en ese momento todas las personas presentes, incluyendo a los profesores, deleitaron sus oídos, con una buena sesión de orgasmos ajenos. Este estudiante creyó muy prudente la idea de ver una porno en medio de la clase. Las carcajadas no se hicieron esperar y la única salida de este estudiante fue salir corriendo despavorido.