CARACAS, Venezuela.- La decisión del Presidente Nicolás Maduro de cerrar la frontera venezolana con Colombia y expulsar a residentes irregulares responde a una estrategia electoral.
Esto, en momentos que las encuestas registran poco más de 20 por ciento de aprobación de su gestión.
“El combate a los paramilitares y las mafias de contrabando busca justificar el argumento de que hay fuerzas externas que hacen una guerra económica, en lugar de implementar cambios estructurales en el modelo económico socialista”, dijo Carlos Luna, director de estudios Políticos de la Universidad Central de Venezuela.
El Mandatario venezolano decretó estado de excepción el viernes en seis municipios. El cierre ha sido prolongado indefinidamente.
El analista electoral John Magdaleno recordó que durante los meses previos el Gobierno atribuyó la guerra económica a los empresarios, pero aún así cayó tanto la aceptación del Ejecutivo como la identificación de los electores con el PSUV.
“Ahora intentan trasladar la responsabilidad sobre la crisis económica al contrabando de extracción y aparentemente apuestan a generar un clima de anormalidad que polarice lo más posible al electorado para remontar la ventaja de entre 20 por ciento y 30 por ciento que lleva la Oposición”, indicó Magdaleno.
Tras el cierre fronterizo, se ha agudizado la persecución contra presuntos paramilitares y contrabandistas, y mil 171 indocumentados colombianos han sido deportados.
Omar Silva, abogado de la ONG venezolana Foro Penal, contó que hasta el momento la mayoría de las denuncias que han recibido es la de niños que quedaron en territorio venezolano sin sus padres porque estos fueron deportados, y de familias a las que le derribaron las viviendas que construyeron en invasiones hace más de una década.