Las familias de desaparecidos en territorio tamaulipeco sufren en el desamparo . En un encuentro nacional entre las organizaciones de la sociedad civil y autoridades, el presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Tamaulipas, José Martín García, sostuvo que falta interés para encontrar a las miles de personas desaparecidas en el estado. Por ello, los familiares investigan por su cuenta.
Su dicho lo ejemplificó con acciones de la Procuraduría General de Justicia (PGJ). «Se exagera con el plazo razonable (de 72 horas para iniciar la búsqueda); no es el que quiera el investigador, debe ser en el corto tiempo. También es necesario que se establezca un término razonable para resolver procesos administrativos», dijo el ombudsman tamaulipeco. Derechos Humanos no interviene de oficio, argumentó, para no exponer a las familias.
Tamaulipas es el estado con más desapariciones en el país. Cinco mil 379 personas no han sido localizadas. El próximo año se cumplirá una década de desapariciones. La Procuraduría General de Justicia estatal apenas mantiene publicados en su página de Internet 23 anuncios de localización de personas consideradas desaparecidas.
Ahí se puede encontrar a Cinthya Mabel Pantoja de León, de 26 años; Maricruz Hernández Guerrero, de 19 años; Aldo de Jesús Pérez Salazar, de 20 años; Ignacio Pérez Rodríguez, de 53 años. En ese mismo espacio no se hallan, como muchos otras, Omar Vázquez Treviño, Javier Jefte Morales Olivo y Luis Fernando Landeros Aguilar.
El portal Animal Político reveló, con datos de la Procuraduría General de la República (PGR), que en el estado solamente han localizado a 6 víctimas de desaparición forzada, 5 vivas y 1 muerta. La cifra significa que únicamente han encontrado a .1 por ciento de las mujeres y los hombres que se «tragó» la tierra tamaulipeca. El Estado de México es la entidad con más individuos localizados, apenas 17.
En casi una década de desapariciones las familias mexicanas, las tamaulipecas, siguen temerosas y luchando por saber claramente qué sucedió con sus padres, madres, hijas, esposas abuelitas. A partir de las manifestaciones de los deudos de los centroamericanos ejecutados en la Masacre de San Fernando y por la aparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, el panorama cambio. Las protestas para exigir la búsqueda de víctimas van creciendo.
«Los padres no lloran ahora luchan. Vivos se los llevaron vivos los queremos. No tenemos nada que celebrar hoy y siempre buscaremos a nuestros hijos», referían los mensajes de las
quince familias que protestaron por la desaparición de sus hijos en meses pasados.
Sin que sea una comparación torpe, en Tamaulipas han ocurrido 125 hechos similares a la desaparición de los 43 estudiantes de la escuela normal superior «Raúl Isidro Burgos» de Ayotzinapa. No cuenta la historia de vida, no cuenta el qué, el cómo, el cuándo, el por qué y para qué se llevaron a 5 mil 379 seres humanos.
Ante los 11 meses de la desaparición de los normalistas en Iguala y la década de desapariciones en Tamaulipas continúa vigente el llamado de Morera: «pedimos que se ponga atención en los casos de cientos de víctimas que aún están desaparecidas y que quisiéramos por lo menos saber dónde están sus cuerpos».
Gestionar ante una sombra
Vino, prometió y se mudó. Eso fue lo que sucedió el miércoles durante la visita de la entonces secretaría de Turismo federal. Claudia Ruiz Massieu Salinas recorrió los atractivos del sur de Tamaulipas, prometió una obra y dio su palabra para gestionar recursos. Catorce horas después dejó el cargo en turismo y apareció como secretaria de Relaciones Exteriores.
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