MAESTRO: Por fin doctor, llegamos a la cuarta y última colaboración, producto de la muy amena charla, sobre un tema apasionante como lo es, lo que le espera a la nueva educación para este siglo XXI. Al agradecerle su tiempo y enseñanzas, le manifiesto mi más profundo agradecimiento y mi perenne reconocimiento a su prolífera labor editorial. Esperando volvernos a encontrar para comentar alguno de sus múltiples libros proféticos.
A. TOFFLER: Correspondo a sus finas atenciones, señalándole que espero que en alguno de mis múltiples viajes, tenga la oportunidad de volvernos a ver. Y sin más formalidades espero su siguiente pregunta.
MAESTRO: Para usted ¿qué es la futurología?.
A. TOFFLER: Bueno, puedo decirle que para mí, no es una ciencia como algunos lo afirman, sino mezcla de periodismo e investigación académica. Una especialidad que exige curiosidad, observación, adaptabilidad, análisis y obviamente estar al día con la información. Y lo que es más fundamental todavía: hay que salir al mundo, hablar con quienes toman decisiones en cada país, profesionales, académicos, pensadores y sobre todo con gente de la calle.
MAESTRO: Doctor para los lectores de esta columna, que no han tenido la oportunidad de leer sus libros: ¿Podría relatarnos qué son las cuatro olas en las que usted divide la historia de la humanidad?
A. TOFFLER: Con mucho gusto. Yo las he clasificado en cuatro olas: La agrícola, la industrial, la del conocimiento y la información y la cuarta como la de la información y la biológica en genética. La primera “La Agrícola”, comienza hace unos diez mil años, cuando alguien probablemente una mujer, planta una semilla y la cuida hasta que crezca. Así empieza la edad agrícola, cuyo significado central es que la gente abandonó sus hábitos, hasta entonces nómadas, para establecerse en un sitio, plantar y cazar al alrededor de pequeñas aldeas donde poco a poco comenzó a desarrollarse la cultura. La segunda ola fue una expresión del músculo de la maquinaria. O sea la Revolución Industrial; donde la gente comienza a abandonar la cultura campesina para irse a trabajar a las ciudades en las fábricas, una corriente que culmina en la segunda guerra mundial con la explosión de la bomba atómica en Japón.
MAESTRO: ¿Y la tercera y cuarta?.
A. TOFFLER: La tercera ola en lugar de estar basada en el músculo, lo está en la mente y por ello la denominé, la de la Informática o del conocimiento, que viene con dos co-pilotos, mayores exigencias sociales internacionales y mayor individualismo y libertad. Y la cuarta es el resultado de la convergencia de la era de la tecnología y la información con la revolución biológica en genética. Me explico: Cuando estos dos conceptos converjan a pleno, se desatará una explosión de cambios sociales y económicos tan gigantescos que superarán la imaginación de cualquiera. ¡Piense solamente en toda la tormenta que desatará la clonación de un ser humano!. En esta ola, la rivalidad ya no será entre capitalistas y comunistas, o ricos y pobres, rápidos versus lentos. Y en vez de dos fuentes de poder tradicionales, como tuvimos en otras épocas, tendremos tres: riqueza, violencia y conocimiento. Sin embargo creo firmemente que aún estamos por lo menos a una generación de esa ola.
MAESTRO: Ya nos hemos alejado del tema exclusivo de esta columna: La educación, por lo que le suplico regresemos a ella y nos conteste la siguiente pregunta: ¿Qué pasará con la educación, ante el desafío más importante del mundo, en la tercera y cuarta olas cuando aún no hemos podido resolver en ésta, los graves problemas de educar a la población?.
A. TOFFLER: Confío en que los maestros con su pasión y dedicación consigan a pesar de las malas políticas educativas, logren cambiar radicalmente durante la tercera y cuarta olas, la terrible imagen del maestro ante 30 estudiantes que hacen lo mismo, que asisten a clase con un horario determinado, que no se les permite la presencia en las aulas, de quienes sin ser maestros pueden ofrecerles otras perspectivas de aprendizajes, sentarlos por ejemplo un tiempo determinado con un piloto de avión, o con un cocinero, con un empleado de oficina o empresario, o con un ingeniero en sistemas, que les enseñe temas de sus especialidades cuando los maestros conocen tanto o menos que ellos. Es decir adaptarlos a los desafíos que afrontarán los chicos el día de mañana y no los que ya afrontaron sus padres.
MAESTRO: Excelentes ideas que ojalá más temprano que tarde, podamos adoptar los maestros, para deslindarnos de la educación obsoleta que estamos impartiendo. Y por último doctor:¿Ve usted posibilidades para un mundo mejor, o será víctima de las predicciones negras de algunos futurólogos como George Orwell o Aldous Huxley?.
A. TOFFLER: Tengo la esperanza de un mundo mejor y baso mi apreciación en que observo que es muy posible que en esta era y el futuro, habrá muchos robots, pero los hombres no seremos esos robots. La información ilumina cada vez más la mente del trabajador, en lugar de robotizarlo y el conocimiento será un capital, más valioso en una sociedad donde el dinero será digital. Por eso y muchas razones más soy optimista y espero que usted y sus lectores también los sean.
MAESTRO: Gracias doctor y espero que nos siga deleitando con sus interesantes libros llenos de sabiduría. Le deseo la mejor de las suertes.
*Fuente: El Shock del Futuro de Alvin Toffler. Editorial Plaza & Jones Editores S. A. (1970).