1.- El próximo 2 de octubre se cumplirán 47 años de la masacre en Tlatelolco, y la versión real y completa de los hechos permanece aún en tinieblas. Funcionarios, políticos, militares, policías, periodistas, intelectuales, fabricantes de cortinas de humo, y vendedores de olvido, se han amafiado para impedir que los mexicanos conozcan la auténtica verdad de aquel absurdo sacrificio. Aquella infausta noche, la primera que resultó asesinada fue la verdad.
2.- Sobre el 2 de Octubre de 1968 se han escrito montañas de mentiras. Toda clase de vividores han publicado libros, artículos, testimonios y hasta poesías sobre aquella masacre juvenil. De ella han vivido como príncipes los miembros más conspicuos de la canalla cultura de todas las ideologías.
3.- Los nombres de Marcuse, Sartre, Cohn Bendit el “Rojo”, el “Che” Guevara, Mao Garaudy, Franz Fanon, José Revueltas, Oriana Fallaci, Ely de Gortari, las panteras negras y los anarquistas de Berkeley, California, quedaron inscritos en la historia de esta rebelión juvenil que, hasta la fecha, aún no ha sido lo suficientemente analizada y explicada.
4.- La plaza de las Tres Culturas ha sido como un gran pozo del cual han sacado agua para su molino todos los aventureros y farsantes de todas las pandillas. El sacrificio de aquellos jóvenes sólo sirve para que las mafias de la izquierda vendieran al mejor precio su complicidad y sus servicios.
5.- En la balacera de aquella noche cayeron muchos jóvenes, y los que no sucumbieron fueron apresados y conducidos al Campo Militar Número Uno, donde según reveló después el General Félix Galván (Secretario de la Defensa durante el sexenio de López Portillo) la Policía Judicial tuvo instalaciones propias y manos libres para torturar, lesionar, desaparecer y asesinar a su albedrío.
6.- En Tlatelolco se arrestó a los líderes del Consejo Nacional de Huelga: Gilberto G. Niebla, Heberto Castillo, Raúl Álvarez Garín, Roberto Escuadro, Tomás Cabeza de Vaca y Luis González de Alba, entre otros. Todos ellos acabaron en la cárcel de Lecumberri, donde ocuparon las crujías C, M, N, acompañados posteriormente por José Revueltas.
7.- Los medios de difusión recibieron “línea” para justificar la acción del Gobierno, y condenar a los estudiantes “que habían disparado contra los soldados”. Julio Scherer narró que “aquella noche el licenciado Luis Echeverría, secretario de Gobernación, me advirtió mediante un telefonema urgente que en Tlatelolco caían sobre todos soldados, y a punto de colgar el teléfono, dejó en el aire la frase amenazadora: ¿qué quede claro, no?
8.- Los sucesos sangrientos de Tlatelolco significaron la primera gran crisis política que el sistema autoritario mexicano, no pudo resolver sin recurrir a la violencia. El Estado fue incapaz de enfrentar a sus enemigos de fuera y de dentro, y careció de estrategia para no ser acorralado en una acción militar.
9.- La muerte de los jóvenes ingenuos de Tlatelolco fue utilizada por audaces y mercenarios para conseguir Embajadas, Secretarías de Estado, canonjías y hasta premios internacionales de pintura y literatura. El gobierno mexicano quiso lavar su conciencia otorgando favores y privilegios a quienes se ostentaron como supuestos herederos del “Movimiento del 68”.
10.- De aquellos días hasta el presente, cada seis años los candidatos presidenciales han prometido que van a integrar una “Comisión de la Verdad” para llegar al fondo de los hechos y de las responsabilidades, sin que nunca cumplan dichas promesas.
11.- Durante su gobierno el Presidente Vicente Fox designó a un Fiscal especial para tal estado, pero sin ningún propósito serio de llegar hasta el fondo de la verdad, y sólo fue una maniobra demagógica más; una “foxada” más de las que él acostumbraba para combatir a sus adversarios políticos, y lucrar con los muertos del 68.
12.- La matanza de Tlatelolco degeneró finalmente en un negocio político, del cual han sacado ventaja durante 47 años todos los aventureros de todas las facciones políticas. para el actual presidente Peña Nieto, los mártires del 68 no existieron, y es un hecho que su memoria no registra.