Eran los años de gloria en la Secretaría General de Gobierno, cuando una llamada era más que suficiente para imponer el orden en cualquier sector, lo que no se arreglaba parlando, se componía en el rincón de los pujidos.
Algunos recuerdan que el exsecretario general, JAIME RODRÍGUEZ INURRIGARRO, llamaba para arreglar algún asunto del orden estatal los involucrados volaban a su oficina.
Normalmente JAIME citaba a los que ocasionaban problemas acompañado del Procurador y del Presidente del Tribunal de Justicia en turno.
No hacían falta las palabras, solamente la presencia de quienes eran los responsables de aprehender, encarcelar y liberar bastaba para que todos entendieran que deberían de llegarse a un arreglo donde ganara el Estado.
El poder del Estado no era puesto en duda y JAIME era tan listo que tuvo en sus manos los recibos que amparaban las cantidades que iban a parar a partidos, candidatos y campañas. Por eso nunca fue molestado, ni señalado, el hombre seguramente todavía guarda esos papeles con firmas muy conocidas.
Otra Secretaria General que imponía su ley sin temor a discusiones, sin permitir contradicciones y estableciendo claramente qué era lo que procedía de acuerdo a los intereses del gobierno de Tamaulipas, era la victorense LAURA ALICIA GARZA GALINDO.
Ella siempre las resolvía con una mano derecha tremenda, su izquierda era muy poderosa, pero ni se notaba y esa era la clave de su éxito en el tercer piso, donde la llamaban la “súper chica”.
Todos obedecían y bien que recordamos aquella escena en Soriana Palmas donde traía al entonces Subsecretario de Gobierno, BLADIMIR MARTÍNEZ RUIZ empujando su carrito de mandado.
Ella tenía muchos empleados bajo su mando, pero solamente se trataba de un mensaje público para dejar claramente quién mandaba en el tercer piso.
BLADIMIR había tratado de “brincar” a LAURA ALICIA, por lo que ella en un gesto de autoridad se lo llevó a empujar el carrito y mientras echaba el mandado, BLADIMIR recibía una llamada de atención de “súper chica”.
Viene a colación el tema, porque MARCO ANTONIO BERNAL GUTIÉRREZ subió una foto empujando el carrito en la tienda HEB y en su muro de Facebook, coloca un mensaje donde saluda a sus amigos los victorenses.
BERNAL, como aspirante a la gubernatura, tiene muchas personas que le pueden ayudar a empujar el carrito y en la misma gráfica se ven algunos de sus ayudantes, listos para cargar cualquier objeto.
Sin embargo, la fotografía tan evidencia la ausencia de una dama que organice y lo ayude a llevar su hogar en ciudad Victoria. No podemos enmarcar a la mujer en el papel de compradora de mandado, pero si en el título de la poderosa organizadora de toda casa que merece un hermoso calor humano.
Es el momento que BERNAL llegue y busque con todo la gubernatura, porque solamente juega a que brinca la cuerda y no la pisa, pero sin lanzarse a fondo a pesar de todos los amarres y apoyos de los que goza a nivel nacional. Si no entiende que debe crecer con golpes de autoridad y acciones definitivas, poco podrá hacer de aquí en noviembre, pues no es empujando un carrito como se ganan las candidaturas.
A estas alturas de la precampaña se nota la falta de contundencia de BERNAL, quien teniendo todo para ganar se niega a dar golpes definitivos en pos de sus objetivos. Para dar al
blanco, no basta apuntar, se tiene que disparar y lo más difícil dar en el centro. Todo mundo espera la llegada del “súper chico” que lleva adentro.
Bueno, por hoy es todo.
Adiós y aguas con los patinazos…
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