MÉXICO, D.F.- Martina de la Cruz de la Cruz ve a su hijo (el normalista Jhosivani Guerrero) acercarse mientras lava ropa en el río:“Mamá, andamos perdidos en la sierra de Acapulco, vengo de traer gente y me voy a ir otra vez por más compañeros. Usted no venga porque está feo”.
Su madre lo ve alejarse con tristeza y un sentimiento de zozobra la invade: “¿Será posible que acabo de ver a mi hijo al pie de mí? ¿No estaré soñando?”
Su despertar dulce, placentero, se convierte en amargo y al abrir los ojos la realidad se le presenta de golpe:“Despierto espantada porque veo que mi hijo no está conmigo, que todo es un sueño.
El gobierno no se qué quiere contra los muchachos; no dice la verdad. Yo siento que mi hijo está vivo, y espero que mi corazón no se equivoque”.
Con información de jornada