CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- La Comisión Estatal de Arbitraje Médico ha atendido este año 388 denuncias de pacientes en contra de médicos debido a la mala atención que reciben en operaciones y consultas.
Xicoténcatl González Uresti, comisionado de este instituto en el estado, explicó que la mayor parte de las quejas interpuestas por pacientes ante esa autoridad corresponden a servicios del área privada; es decir, de pacientes que fueron atendidos por médicos particulares u hospitales privados.
Reseñó que el origen de las quejas son por complicaciones luego de operaciones.
En cuanto a los hospitales privados González Uresti, dijo que en los centros de salud a cargo del estado, las denuncias son parejas.
Las causas por las que un paciente acude ante la comisión es porque existe una mala relación entre médico-paciente o por una mala práctica por parte de profesional de la salud al realizar su trabajo.
En los últimos cuatro años la frecuencia de quejas interpuestas por pacientes en contra de un médico va de 370 a 400, y la principal es porque un doctor realiza mal una cirugía.
Sostiene que del total de los casos atendidos el 95 por ciento se arreglan en audiencia de conciliación, donde se reúne el paciente quejoso y el doctor para llegar a un acuerdo sobre la reparación del daño esta cantidad es superior a la media nacional con el 85 por ciento.
El puerto de Tampico es el municipio que tiene la mayor cantidad de quejas, seguido de las ciudades fronterizas de Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros y en el último sitio se encuentra Victoria.
Familiares piden trato humano en nosocomios
Familiares de personas que son atendidas en instituciones de salud de la ciudad, realizaron un llamado al personal médico para que sea más humano el trato que ofrecen a los pacientes.
En un recorrido realizado en el Hospital General, Issste, Hospital Civil y el Seguro Social, familiares de personas internados coincidieron que el tiempo, el dinero y la paciencia son recursos que se consumen por falta de personal y recursos en las instituciones.
Unos sentados sobre bancas en la entrada del hospital, otros recargados sobre maceteras, buscan cubrirse del sol; padres, hermanos y amigos narran los sufrimientos y sacrificios que realizan diariamente por la enfermedad de un familiar y el viacrucis que tienen que lidiar en los hospitales.
Así sucede con la familia Pérez Solís, quienes tienen casi cinco semanas que vive en las afueras del Hospital General en espera que su hija mayor se recupere de tres balazos que recibió a manos de su pareja sentimental.
Don Ernesto, padre y líder de la familia acusa a los doctores de negligencia al atender a su hija, lo que provocó que la pierna donde recibió los impactos se engangrenara, por lo que tuvieron que amputarle la pierna izquierda hasta la rodilla.
“Le pusieron unos clavos en la pierna y nunca le checaron la herida sólo le metían gasas y gasas, por eso se le infectó la pierna a mi hija”, platica preocupado, mientras espera información sobre el estado de su hija.
En las tres semanas que han estado en Victoria, la familia Pérez Solís ha gastado más de 30 mil pesos entre medicinas, comidas y exámenes para la joven madre de familia.
Por los gastos realizados en el tratamiento de su hija, don Ernesto decidió salir a la calles a pedir cooperación para los gastos que se generan por medicamentos y comidas de su hija Blanca Enedelia y la familia que está al pendiente de su salud en Victoria.
Un caso similar enfrenta Sergio Durán, quien tiene internado a su hijo Julio, de 53 años, por una taquicardia desde la noche del lunes pasado, y a más de 12 horas de haber sido internado en el Hospital Civil, ninguna autoridad o médico de la institución se ha acercado a darle información sobre el estado de su hijo.
“Nosotros mejor vamos a las Similares, porque aquí nos dan las recetas de medicamentos pero no los hay, y allá los compramos”, reclama Luz Alejandra Muñoz.
En muchos casos las personas que tienen un padecimiento prefieren acudir a un médico de las farmacias Similares que a los centros de salud u hospitales, ya que aquí además de perder más de medio día, no hay medicinas o no tienen dinero para comprarlas.
“Nosotros mejor vamos a las Similares, porque aquí nos dan las recetas de medicamentos pero no los hay, y allá los compramos”, platica Marcela, quien tiene a su hermana internada en el Hospital Civil luego que le amputaron una pierna derivado de un mal control de la diabetes.
Datos de la Secretaría de Salud Federal, muestran que sólo el 40 por ciento de la población del estado tiene Seguro Popular por lo que son un millón 428 mil personas adheridas a este seguro médico.
Aún cuando del millón 428 mil personas están inscritas al Seguro Popular existen 624 mil familias que pese a estar no están exento en el pago de los servicios médicos por enfermedades que no están contempladas dentro de ese programa como sucedió con la familia Pérez Solís.
Debajo de las bancas que están afuera del área de Urgencias de la clínica del ISSSTE, está almorzando Perla, quien tienen una semana al pendiente de su abuela Genoveva Cervantes, quien está internada por una infección en el riñón, además de problemas por falta de control de la diabetes.
“ A mi abuela el doctor la ha tratado bien, pero el problema es que un día la trata uno y luego otro día otro y muchas veces no saben bien cuál es el problema que tiene mi abuela”, comenta Perla Villareal.
Así es como familiares de pacientes internados en hospitales de la ciudad, sufren hambre, inclemencias del tiempo y realizan fuertes gastos, por lo que en ocasiones sufren igual o peor que sus pacientes internados en el hospital.




