CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- “La próxima temporada será diferente, nada me detendrá… La última y nos vamos”.
Con esas palabras, el capitán de Correcaminos, Gerardo Gómez se despidió de la afición que le apoyó al igual que a todo el equipo tras haber perdido una histórica ronda semifinal ante Tecos la noche del sábado.
Lo que Gerardo no sabía es que 48 horas después una bala acabaría con su vida; el plan de regresar a los emparrillados a defender el jersey de Correcaminos quedaría trunco.
La detonación de un arma de fuego la noche del lunes, irónicamente Día de Muertos, en las calles del barrio de Las Flores, apagaría la luz de una vida que apenas llegaba a los 23 años de edad, como deportista ejemplar y que exhaló el último aliento cuando estaba junto a su novia, Vanessa Toledo de 20 años de edad sobre su auto.
“Gente muchas gracias por su apoyo, lamentablemente el resultado no fue el deseado, marcador 21-16 favor Tecos, me hubiera gustado que hubieran podido ver este juego, nuestra afición merece ver un juego de esa dimensión”, abría el mensaje del linebacker del equipo de la UAT a través de Facebook.
“Una disculpa por no poder llegar a la final habían muchas esperanzas en nosotros, desde ahora les prometo una cosa a todos aquellos que confían en nuestro equipo… este año la mayoría comenzó tarde la preparación, la siguiente temporada será diferente… #LAULTIMAYNOSVAMOS #NADIEMEDETENDRA #6LBUATFOREVER”.
Eran las 22:24 del sábado 31 de octubre y así, Gerardo Gómez se despidió, lo hizo con la esperanza de tener una nueva oportunidad de ser mejor, de prepararse para encontrar la gloria deportiva.
A las 22:00 horas del lunes 2 de noviembre, el capitán de Correcaminos fue declarado muerto. El deportista a quien nadie detendría, una bala homicida se encargó de acabar con su sueño.